La gala de entrega de los Premios Martín Códax da Música se convirtió ayer, por sexto año, en la gran fiesta de la música gallega, en la que hubo espacio para la creatividad, la historia y también la reivindicación. Más de 700 profesionales del sector y sus invitados llenaron el Pazo da Cultura de Pontevedra para seguir el espectáculo dirigido por Quico Cadaval y en el que no faltó el humor y el tono lírico del dúo formado por las presentadoras, Lucía Aldao y María Lado, y la versatilidad del septeto de jazz dirigido por Pablo Castaño.

Un total de 54 nominados compitieron por 19 premios, 15 de ellos musicales, tres Organistrum para salas de conciertos, espacios de comunicación musical y festivales, y el galardón honorífico, que en este 2019 recayó en el saxofonista vallisoletano afincado en A Estrada Carlos Barruso.

Representantes del sector como Tony Lomba, Rosa Cedrón o Ton Risco entregaron los galardones, las figuras de Melómanos y Melómanas creadas por el escultor y músico Víctor Lorenzo a golpe de motosierra.

La presidenta de Músicas ao Vivo y anfitriona, Sonia Lebedynski, tomó la palabra para reclamar "espacios de promoción y difusión para la música galega en los medios públicos, que deben ser independientes, veraces y críticos; y libres de injerencias del poder". También solicitó de la administración que "las grandes inversiones dejen de sufragar infraestructuras y se destinen a garantizar una presencia musical gallega representativa". Por su parte, a las salas y festivales demandó un esfuerzo por "escuchar y programar música gallega".

Lebedynski hizo hincapié en los efectos nocivos de la nueva Lei de Espectáculos sobre la vida musical de las villas y ciudades y felicitó las iniciativas municipales de Pontevedra y Compostela para encontrar soluciones que permitan seguir programando música en directo en las salas.

La presidenta de Músicas ao Vivo insistió finalmente en la importancia de crear nuevos públicos mediante "una educación musical que fomente desde la infancia la creatividad y el pensamiento divergente".

Una obra de la artista Ana Seoane presidió la gala, que propuso un viaje por la historia de la música gallega, desde los cantos ancestrales recogidos por Alan Lomax interpretados por Mónica de Nut, que también estuvo presente en la siguiente escena de este viaje, en la que Martín Códax aparece como líder de la "Movida galega medieval".

A los siglos oscuros siguieron los años 40, cuando el Tiro-Liro de Delio Rodríguez era un superhit exportado desde Galicia. También estuvo presente en la gala interpretado por Sergio Tannus al cavaquinho.

Tampoco faltó en este periplo la canción protesta de Voces Ceibes, Andrés do Barro, Batallán o María Manuela, o la injustamente olvidada Jacinta con su canción Chámame, la versión gallega del Call me popularizado por Petula Clark y que interpretó Lucía Aldao.

Tampoco faltaron las sorpresas, por ejemplo que nuestra conocida Rianxeira tiene orígenes segovianos, mientras que el final fue un homenaje a la movida viguesa, con una versión de Galicia Caníbal de os Resentidos interpretada sobre el escenario por todo el equipo artístico y la directiva de Músicas ao Vivo.