El próximo miércoles, 3 de abril, se cumplirán 40 años de las primeras elecciones municipales de nuestra historia reciente y los miembros de aquella corporación pontevedresa, que encabezó el alcalde Rivas Fontán, volverán a reunirse en una comida de confraternidad. Eso mismo han hecho hasta ahora al cumplirse cada década pasada.

Los enfrentamientos que se vivieron en el Ayuntamiento de Pontevedra entre 1979 y 1983 fueron muchos, muchos, muchos. Sin embargo, esas discrepancias no llegaron a socavar la celebración de estos nostálgicos almuerzos, detalle que debe apuntarse en el haber de sus protagonistas.

La Corporación del 79 fue la más plural que tuvo nunca esta ciudad y cualquier otro municipio español. Un total de ocho partidos políticos y dos plataformas independientes obtuvieron representación en su seno interno. A saber: UCD (9 concejales), PSOE (3), CD (1), BNG (1), PCG (1), Independientes de Queizán (4) y Unidade Galega (6) coalición esta que unió a PG, PSG y POG con otros independientes encabezados por Fortes.

Personalmente fue también la corporación de mayor nivel con bastante diferencia: Pepe Rivas, Federico Cifuentes, Germán de la Iglesia, Xosé Fortes, Isidro Caballería, Diego Murillo, Celestino G. Brañas, Chano Esperón, Alfonso Rivas, Daría González, Pilar Allegue?.De aquellos veinticinco miembros han fallecido ocho, si la cuenta no falla. Por tanto, aún están vivos diecisiete, que darían sopas con honda a la mayor parte de los concejales actuales. No hay color y sí hay mucho que aprender.

Por alguna razón que pertenece al secreto del sumario, Pepe Rivas ha puesto mucho empeño en que no falte a esta comida ninguno de aquellos miembros de su corporación. Él mismo se ha implicado en la convocatoria y ha compartido las citaciones con su lugar teniente, Edelmiro Barreiro.

Durante el último almuerzo conmemorativo de los 30 años, Federico Cifuentes desveló por primera vez las amenazas que sufrieron las autoridades civiles de esta ciudad en las vísperas del 23-F de parte de las autoridades militares. Un secreto celosamente guardado hasta entonces.

El Meollo de la cuestión está en adivinar si la próxima comida de la Corporación del 79 pondrá al descubierto alguna nueva revelación sobre aquellos trepidantes años, con la cafetería Lar en ebullición, donde aquellos munícipes fraguaron tantos episodios singulares de nuestra vida municipal.