Con el precio del alquiler por las nubes y subiendo cada vez más, la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias, Fegein, elaboró un informe en base a los datos existentes en el catastro para analizar el "stock" de viviendas vacías en la comunidad que pudiera servir como herramienta para analizar cuáles son las necesidades de cada zona de Galicia en materia de vivienda.

En este sentido, según explica Benito Iglesias, presidente de Fegein, el resultado de este análisis permitió desvelar que en Galicia existe un enorme stock de viviendas vacías que no concordaría con la escasez de oferta que existen en el mercado de alquiler, inmuebles que, por alguna razón u otra, no logran salir al mercado de arrendamientos urbanos.

En Pontevedra, este stock de vivienda vacía, cuyos propietarios mantienen sin uso, es de casi 7.000 inmuebles (concretamente 6.886). En términos absolutos, es la ciudad gallega con menos viviendas vacías de las siete grandes urbes de la comunidad, pero si el cálculo se hace tomando como referencia el porcentaje de viviendas sin uso frente al total de inmuebles, resulta que un 17,4% de los domicilios están sin uso y tampoco se le saca ningún tipo de partido por parte de sus propietarios.

En esta comparativa, el de Pontevedra es el cuarto porcentaje más bajo de viviendas sin utilizar entre las grandes áreas urbanas de Galicia. En donde existe un menor porcentaje de viviendas vacías es Vigo (un 12.94%), seguido de A Coruña (14,24%) y Santiago (16,92%). Luego se situaría Pontevedra y los últimos puestos se los repartirían entre Ferrol (un 19,77%) y las dos ciudades del interior, Lugo con un 20,74% y Ourense con un 21,7%.

Tal y como reconoce Benito Iglesias, no todas estas viviendas están vacías por la misma causa y también reconoce que no todas son habitables e incluso muchas de ellas son ruinosas. "Es cierto que hay un elevado porcentaje de los inmuebles que no estarán habitables", explica. Pero señala que, "aún teniendo en cuenta que estas fueran un 50% de todos los inmuebles vacíos, quedaría otro stock elevadísimo de viviendas habitables que, por alguna razón, permanecen vacías" sin que se les saque rendimiento por parte de sus propietarios.

Una de las razones a tener en cuenta puede ser el despoblamiento del rural, lo que podría explicar el gran número de viviendas sin uso en algunas poblaciones del interior de la comunidad que reflejan altos porcentajes de domicilios vacíos, utilizados como segundas viviendas por familias que han desplazado su residencia habitual hacia las zonas más urbanizadas. Sin embargo, esto no explicaría el importante "stock" que también se acumula en algunas zonas urbanas y del litoral.

En este caso, para Iglesias, la inseguridad jurídica que perciben los propietarios es la principal razón mantienen este gran número de viviendas fuera del mercado de alquiler y sin rentabilizarlas de ninguna manera, en muchos casos mientras avanzan también a su deterioro.

Benito Iglesias se pregunta como afectaría al cada vez más inflado precio de los alquileres que pudieran "movilizarse al mercado tan solo el 5% de esa mitad de viviendas vacías que están en condiciones de habitabilidad". Y a continuación él mismo responde con lógica: "el abaratamiento de los precios". Extrapolando el cálculo a Pontevedra, si de casi 7.000 viviendas vacías, 3.500 fueran habitables, conseguir que entrasen en el mercado del alquier un 5% de las mismas, sería aumentar la oferta de alquiler en la ciudad en 175 inmuebles.

Por este motivo, desde Fegain veían con recelo la posibilidad de que desde el Gobierno se tomen medidas como la limitación de precios que ha generado una gran controversia y apuestan, en mayor medida, por políticas que "apuntalen la seguridad jurídica del propietario" de estas viviendas para que finalmente "no se retraigan y se animen a poner su inmueble en el mercado", explica Iglesias.

Según Fegein, otra de las causas que hay que tener en cuenta en ciudades como Pontevedra, que disponen de casco histórico y áreas de protección al patrimonio, es la excesiva "burocratización" y la interminable lista de permisos y requisitos que es necesario cumplir para realizar proyectos de rehabilitación en espacios históricos o monumentales. Y no solo esto, sino la tardanza de los trámites, lo que echa para atrás proyectos de rehabilitación y provoca que algunos cascos históricos de las ciudades gallegas acaben languideciendo, con inmuebles cuyos propietarios se resignan a no recuperar estos edificios.