Miguel Fernández Lores lo admite abiertamente: el transporte en el casco urbano de Pontevedra es caminar y, en una pequeña parte, en la bicicleta. El autobús es escaso y tampoco se han activado otras alternativas de movilidad que sí pudo ver el alcalde en su viaje a París.

La capital francesa dispone de ampliar redes de metro y autobuses, así como algunos oasis peatonales", y amplias avenidas con carriles de transporte público que se utilizan muy a menudo por parte de los patinetes eléctricos y las bicis de alquiler, ambas con apoyo público. Hay estaciones repartidas por la ciudad, pero los patinetes no se devuelven a ellas. Quedan "abandonados" cuando finaliza su uso.