El juicio contra los conocidos como "Miguelianos" sigue en la Audiencia de Pontevedra y ayer se escuchó la declaración de otro testigo clave en el proceso, la del detective privado contratado por una de las familias de las "consagradas" para indagar las actividades del grupo, así como en su financiación. Un detective que concluyó que se trataba "de un grupo sectario".

Según explicó A. G. F., este detective vigués, fue contratado por José L., padre de tres hermanas que pertenecieron, junto él y su mujer, a Orden y Mandato de San Miguel Arcángel. De hecho, una de ellas se sienta en el banquillo de los acusados como madre superiora de la orden, la otra se casó con el hijo del supuesto líder, Miguel Rosendo; y la tercera es una de las supuestas víctimas de abusos.

En respuesta a las preguntas del fiscal, este investigador insiste en que realizó distintos cuestionarios con personas que pertenecieron a Orden y Mandato, consiguiendo que en torno a una veintena de personas respondieran a sus preguntas. Reconoció en todo caso que eran antiguos miembros de la asociación, nadie que todavía estuviera todavía con los "Miguelianos", dado que le era imposible acceder a estas personas, ni tampoco pudo haber "infiltración" en la Orden, puesto que "para llegar al círculo del líder se necesitaba tiempo" y la asociación, como tal, ya "no existía cuando recibió el encargo".

De lo que le contó esa veintena de personas concluyó que el "cabecilla" era Miguel Rosendo, pues él tomaba las decisiones "de todo tipo" en Orden y Mandato. Sobre las razones por la que siempre le hacían caso y obedecían sus órdenes, el detective escuchó tres como las más repetidas por los entrevistados: "por respeto, sumisión o miedo".

Este testigo también señaló que si Rosendo imponía un castigo a alguien lo contaba en público para que los demás también lo castigasen, sufriendo "aislamiento", y que en los casos que consideró más graves incluso se llegó a expulsar a algún miembro de la "Casa Madre" de Mougás.

En su declaración, este detective también se refirió al perfil de las personas que ingresaban en Orden y Mandato. Se trataba de gente en situación "vulnerable" por problemas de distinto tipo (desde de índole laboral, a cuestiones de salud, entre otros) que acudían a la consulta de Rosendo en Vigo y que iban ganando confianza con éste hasta que los invitaba a ingresar en el grupo, pidiéndole también que atrajesen a más gente a la orden.

Prácticas sexuales en "grupo"

Por último, también se refirió a los supuestos abusos sexuales en el seno de Orden y Mandato. Sí indicó que recogió testimonios de este tipo, pero que no los reflejó en el informe dado que fueron de palabra y ninguna de las testigos se atrevieron a recogerlos por escrito. En cualquier caso, indicó que le refirieron prácticas de índole sexual incluso en "grupo" vinculadas a "engaño, sumisión y debilidad" para conseguirlas, así como a un estado de "debilidad emocional" de quien las sufre.

Se ratificó en su informe, que entregó a la Policía Judicial, en el que también recoge "exorcismos" de Ronsendo, y que se "autoidentificaba con Dios" a quien "solo él podía interpretar".

Desde la defensa de varias de las consagradas se criticó el informe del detective dado que se basa tan solo en testimonios próximos a las acusaciones.