Cuando a la médica de familia Ángeles Casal, vecina de Portas, le llegó la edad de la jubilación era el año 2015. Faltaban pocos meses para que el Sergas volviese a fijar el límite en los 67 años, pero ella se quedó fuera, por eso recurrió. Cumplidos los 68, sigue a la espera de una resolución judicial

"Ya se aplicaba la jubilación forzosa, pero yo viendo como estaba el panorama en España y que había comunidades autónomas, como Extremadura o el País Vasco, que no lo hacían, pensé que se resolvería, que habría una unificación de criterios", explica.

"A mí me jubilan el 15 de agosto y la Navidad anterior, el día 26 de diciembre, me llega una carta que creí que me moría. Yo tenía dos niños de 14 y 15 años concedidos por la Xunta de Galicia, que me había considerado una madre idónea. Lo encajé fatal porque parecía que la Xunta ya iba a cambiar de opinión. Fue en mayo de 2016 cuando se volvió a ampliar a los 67 años. Tuve muy mala suerte", recuerda.

Carta a Mariano Rajoy

Primero presentó la instancia reglamentaria y después visitó a un par de abogados hasta que dio con uno que le convenció.

"Cubrí todas las instancias necesarias e incluso me dirigí por carta al presidente del Gobierno. En Rajoy incluso vi un poco de piedad. Me contestó por escrito que las competencias sanitarias estaban transferidas a las comunidades autónomas. Me remite a que vaya a la Xunta", informa.

"Casualmente, a los pocos días me encuentro con Núñez Feijóo y me dice que es un decreto de Madrid", añade irónica.

Para Casal esos cinco años con los que contaba eran "cruciales" para la educación de sus dos hijos adolescentes.

Su caso terminó en los tribunales y ahora ella se encuentra a la espera de una sentencia en el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia. En el supuesto de que no le sea favorable está dispuesta a llegar hasta el Tribunal Supremo.

Casal era, como ella misma se define, una médica "de triple utilidad" y trabajaba en el área sanitaria de Pontevedra y O Salnés. "Yo trabajaba muchísimo. Tenía un cupo enorme de pacientes y mi compañero también. Me quedaba con el suyo cuando él no estaba. Yo pensaba que si estábamos en una crisis, en una situación tan mala, había que arrimar el hombro. No pasé la fregona porque no me mandaron. Lo hubiera hecho, porque yo me creí lo de la crisis. Ahora me la creo menos. ¿Por qué reculan ahora? El Sergas a mí me debe mucho, yo a ellos nada", manifiesta.

En su opinión, la sanidad pública goza de tan mala salud que ha decidido hacerles un seguro privado a sus hijos. "No pensé llegar nunca a ese punto, pero por lo menos en ese seguro privado tengo a varios médicos jubilados que me gustaban de la pública", confiesa.

"Mi plaza podría haber sido más fácil de cubrir, pero ¿cómo se puede jubilar a algunas eminencias?", concluye.