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Pontevedra cuelga la bandera gitana por la inclusión

La Fundación Secretariado Gitano insta al Concello a asumir un decálogo por la exclusión cero de esta etnia

Con motivo de la celebración el próximo 8 de abril del Día Internacional del Pueblo Gitano, Pontevedra colgó ayer del balcón de la Casa Consistorial la bandera verde y azul con la rueda que representa a esta etnia, que en la ciudad cuenta con un millar de personas.

El alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, recibió a una delegación de la fundación Secretariado Gitano, a la que reconoció que "es un gesto que visibiliza nuestro compromiso con la diversidad, la integración y la inclusión".

Los gitanos aprovecharon la cita para solicitar a Pontevedra que la ciudad asuma un decálogo de Ciudad Cero en exclusión que reconozca que puedan enfrentar la vida con las mismas oportunidades que el resto de ciudadanos.

"Ver la bandera en el balcón del Concello me hizo sentir más pontevedresa que nunca. Nos hizo sentir pontevedreses de pleno derecho", confesó Rebeca Flores, mediadora intercultural del Secretariado Gitano.

"Ser gitano es complicado; los gitanos no partimos de cero, partimos de menos que cero, con desventajas, y queremos ser ciudadanos de pleno derecho en la educación, en el trabajo, en la vivienda. Queremos avanzar", explicó.

Lores reconoció que "nos gustan este tipo de retos", sobre el decálogo. Eso sí, matizó que desde la Administración local se puede hacer, pero que lo más difícil se presenta desde los medios de comunicación y las empresas.

"Aprender trabajando"

La última iniciativa de la Fundación Secretariado Gitano es el programa "Aprender trabajando", en el que actualmente participan 16 jóvenes de la comarca. Se trata de un proyecto financiado con fondos europeos mediante el cual los gitanos pueden aprender a trabajar en supermercados de Carrefour y Vegalsa Grupo Eroski.

El proyecto comenzó con 20 jóvenes y tras un mes de duración fueron seleccionados los actuales 16. Son seis meses de trabajo, por lo que en julio terminarán su formación. A partir de entonces la pelota queda en el tejado de las empresas, que si están satisfechas con su trabajo les podrán dar oportunidades laborales en el futuro, con el precedente de su experiencia.

Desde la Fundación se destaca que es más fácil la inserción desde las empresas grandes que desde el comercio local, especialmente en ciudades pequeñas como Pontevedra.

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