El anuncio realizado esta semana por la Diputación de Pontevedra y la Xunta de Galicia para la apertura de un diálogo con el objetivo de modificar el actual mapa de emergencias es, sin duda, una noticia muy esperada en muchos concellos especialmente aquellos del interior de la provincia que actualmente cuentan con un servicio muy deficitario. Aunque el director xeral de la Xunta, Luis Menor, aseguraba que ninguno estaba "desatendido", sí reconocía que los tiempos de respuesta son mejorables en algunas zonas "que todos conocemos".

Tanto el representante de la Xunta, Luis Menor, como la presidenta de la Diputación, Carmela Silva, sí indicaban que el trabajo de la comisión que estudiará cuáles son las respuestas que necesita la población de Pontevedra en materia de emergencias se desarrollará con cierta celeridad. Una de las razones es que el análisis de la situación y el diagnóstico ya están hechos, lo que va a permitir ganar tiempo. Entre otras cuestiones, uno de los documentos que cobrará una gran importancia en esa mesa de trabajo será, entre otros, el informe elaborado en abril por la gerencia del Consorcio Provincial de Extinción de Incendios y Salvamentos de la Diputación.

En él se analiza la actual distribución del mapa de emergencias de la Xunta, no solo desde el punto de vista de los ayuntamientos en los que presta asistencia esta enidad a través de los cuatro parques provinciales, sino también teniendo en cuenta la ubicación de los Grupos de Emerxencia Supramunicipais de la Xunta, creados en 2013 y sostenidos mediante un convenio entre la administración autonómica, los concellos a través de la Fegamp y las diputaciones.

Teniendo en cuenta la actual posibilidad de respuesta por parte de estas dos estructuras profesionalizadas frente a cualquier emergencia (quedarían al margen las agrupaciones de protección civil que pueda tener cada municipio), lo cierto es que el interior de la provincia queda en una situciación francamente mejorable en una franja que discurre desde los ayuntamientos de Campo Lameiro y Cotobade hacia el sur y la frontera con Portugal.

Haciendo un estudio de las isocronas, los cálculos tampoco incluyen a los parques de bomberos de las ciudades que en teoría atienden las emergencias de su población, Vila de Cruces, Agolada, Rodeiro, Forcarei, Moraña o Campo Lameiro tienen pequeñas "zonas de sombra" en la que los tiempos de respuesta tanto de un GES como de los bomberos del consorcio es superior a los 25 minutos. Lo mismo ocurre con Covelo, Crecente, Arbo y, en menor medida, A Cañiza, en el sureste.

La situación más llamativa, y desde donde han llegado múltiples quejas en los últimos meses, es en el interior de la comarca de Pontevedra. Las isocronas son superiores a los 25 minutos e incluso por encima de la media hora en buena parte del territorio de Ponte Caldelas y Cerdedo-Cotobade, así como en gran parte de Covelo y Fornelos de Montes. En A Lama, a pesar de contar con una infraestructura como puede ser la prisión, los tiempos son siempre superiores, con mucho, a la media hora.

Una de las principales conclusiones del informe del Consorcio Provincial es que sus principales debilidades vienen dadas por la distribución original de los consorcios comarcales cuya fusión dio como resultado el actual ente. Se extendían principalmente por la franja atlántica dejando el interior al margen, salvo por el del Deza-Tabeirós.

Cuando se llevó a cabo la reorganización en un consorcio provincial, se generó una estructura y distribución descentralizada, con cuatro parques de bomberos "equipotenciales" entre sí que cuentan con dotaciones de material y personal muy similar, pero sin coordinación ni preponderancia de ningún parque sobre los demás. Para el consorcio, esta distribución "lineal" del mando provoca la aunsencia de jerarquización provincial en la coordinación de las intervenciones: "Todos los parques dependen de todos".

Deberán decidir el modelo

Con el problema diagnosticado, la comisión provincial que analizará esta cuestión (y que se incluye en la impulsada por la Xunta a nivel gallego) deberá centrar sus discusiones, básicamente, en el modelo que se utilizará para repartir los medios disponibles de forma más racional y si son necesarias nuevas estructuras para atender precisamente estas zonas que tienen un cobertura diferente.

Tanto Xunta como Diputación aseguran que están todas las posibilidades abiertas, y dado que en la mesa estará también la Fegamp, se podrá escuchar qué tienen que decir los concellos y especialmente las grandes ciudades como es el caso de Pontevedra que además linda precisamente con algunos de los ayuntamientos que están peor asistidos. La Xunta abrió la puerta a negociar una posible "comarcalización" de los parques de las ciudades, sin descartar otras posibilidades como la creación de nuevos parques o unidades que pudieran asistir a esas zonas como son los GES.

El futuro de estos grupos supramunicipales es otro punto a tratar dado que el convenio por el que se rigen finaliza en 2018. La ciudad de Pontevedra, por ejemplo, siempre se mostró abierta a estudiar una posible comarcalización si recibían la financiación necesaria para ello.