Pese a que los indicadores económicos parecen señalar que se avanza hacia el final de la crisis, en los juzgados se dejan notar todavía los efectos del "crack" económico que provocó que muchas familias y empresas no pudieran hacer frente a sus obligaciones económicas. Unos impagos que derivaron en ejecuciones hipotecarias o concursos de acreedores y con muchos de los bienes de estos acreedores embargados.
Los juzgados de la comarca siguen sacando a subasta muchos de estos bienes y prueba de ello es que los de la ciudad de Pontevedra, así como los de Marín o incluso Caldas, suman ya más de una treintena de licitaciones realizadas desde el pasado mes de marzo, según los datos obtenidos a través del portal del Boletín Oficial del Estado que facilita este tipo de subastas electrónicas. En total, salieron a licitación bienes por valor más de quince millones de euros y entre ellos se contabilizaban propiedades de todo tipo, desde naves industriales a terrenos rústicos, desde utilitarios a coches de lujo, desde trasteros a viviendas ubicadas en algunas de la zonas más exclusivas de la comarca.
Por ejemplo, entre algunas de las subastas de mayor cuantía cabe destacar la que gestionó el juzgado de lo Mercantil 1 de Pontevedra de los bienes procedentes de una empresa en concurso de acreedores y cuyas propiedades que se ofertaron al mejor postor estaban valoradas en nada menos que 3,7 millones de euros. En total se subastaban 25 lotes que incluían un local comercial en Sanxenxo de 500 metros cuadrados, 9 plazas de garaje y diez viviendas en la plaza Marqués de Valterra de Estribela y un bajo comercial. Se recibieron pujas los distintos lotes por un valor total que se situaban cerca de los 900.000 euros y el proceso está pendiente de que el juzgado valide si el proceso se ajustó a lo establecido para este tipo de subastas.
Hubo otras subastas importantes como otro proceso del juzgado de lo Mercantil número 2 que sacó a licitación dos fincas en Lourizán por valor de 1,3 millones de euros y recibió una puja máxima de 1,1 millones.
Entre las subastas encontramos desde pisos a viviendas unifamiliares e incluso algún que otro inmueble que se podría considerar de lujo.
Un piso en A Ferrería
Es el caso de un primer piso en el remodelado edificio número 8 de la plaza de A Ferrería que sacó a subasta el juzgado de lo Mercantil número 1 de la capital. El valor del bien subastado era de 810.000 euros pero el juzgado solo recibió una oferta máxima de 481.346 euros que, de cumplir con los requisitos legales, se llevaría el inmueble.
Un dúplex en O Gorgullón valorado en 373.000 euros recibió una oferta máxima de 199.000 euros y un ático en Joaquín Costa valorado en 128.000 euros puede ser adjudicado, si se cumplen los requisitos, por 64.412 euros.
No siempre hay suerte y son muchas también las subastas que se cierran sin que se reciba ningún tipo de puja. De hecho, entre las analizadas que recoge este portal y que se celebraron en los juzgados de Marín, Caldas y Pontevedra, algo más de dos tercios de los procesos se cerraron sin que se hubiera recibido oferta alguna.
Por ejemplo, no hubo suerte en un proceso judicial por el que se pretendían adjudicar tres parcelas ubicadas en el terreno urbanizable industrial SU-15, en el polígono empresarial de Nantes, en Sanxenxo, que estaban valoradas en su conjunto en 688.000 euros.
A la hora de presentarse a estos concursos hay que tener en cuenta también las posibles cargas de los bienes. Es el caso por ejemplo de un piso ubicado en la zona de Cachadelos, Sanxenxo, muy cerca de la playa de A Lanzada. Estaba tasado en 114.000 euros pero su valor de subasta era de 44.000 dado que sobre él pesaba todavía una hipoteca en la que restaba por pagar 71.101 euros. Se presentó una puja máxima de 22.000 euros por el mismo, oferta a la que habría que sumar las cargas pendientes de pago. Otra de las subastas importantes tuvo lugar en Caldas. Salía a licitación una nave en el polígono de Veigas de Almorzar por valor de 1,5 millones de euros, pero la subasta quedó desierta.
