El colectivo de bomberos no ceja en su empeño de reclamar un nuevo modelo de emergencias. El actual mapa, que deja en "zonas de sombra" a los concellos de Cerdedo-Cotobade, Campo Lameiro, Ponte Caldelas y A Lama y a una media de más de 20 minutos de atención a otros seis concellos de la comarca de Pontevedra, podría ser sustituido, "con voluntad política", por una fórmula que permitiese trabajar a todos los bomberos coordinadamente. Así lo considera Miguel Ucles, portavoz de la Plataforma de Bombeiros Públicos de Galicia.
-El incendio de Tenorio, en Cotobade, ha avivado las críticas a un mapa de emergencias que ya no era visto con buenos ojos.
-Porque sabemos que es algo que se puede corregir, pero que tiene que haber una intención política para hacerlo. El caso de Tenorio es uno más, lo que pasa es que fue muy evidente. Fue muy dramático porque la pérdida fue completa, tanto del negocio familiar como de la vivienda. Desde la plataforma estamos en contacto con ellos, los estamos asesorando, haciendo unas tramitaciones para presentar en las distintas administraciones... Irónicamente, cuando fue el incendio de Fandicosta también lo denunciamos, pero la Xunta dio un apoyo completo al empresario. En el de Tenorio no; las administraciones les están dando la espalda y no asumen su responsabilidad de garantía, porque a este incendio se llegó muy tarde.
-¿Se podría haber evitado si se hubiera permitido ir a los bomberos de Pontevedra?
-Lo que no se puede hacer es lo que se está haciendo actualmente: poner parques de bomberos en sitios concretos para hacer grandes áreas de atención. Lo que hay es que contar con todos los recursos. Para eso hay que buscar un modelo de gestión a través del cual los distintos parques de bomberos dependientes de administraciones locales o de la Diputación sepamos trabajar coordinadamente. Se podría haber activado al Parque Municipal de Pontevedra. Lo que no puede ser es que se dé esta disfunción dentro de la estrategia que genera estas infracciones. Es algo relativamente sencillo de resolver, pero tiene que haber una intención política real. Hay una pelea política, por echarse la culpa los unos a los otros, y al final es un ciudadano el que pierde su casa. No sé a qué estamos esperando, porque las tragedias pueden ser mayores. Nosotros estamos estudiando la vía penal para que los afectados pueden recurrir a ella. Aquí no ha habido omisión de socorro porque esta se entiende aplicada a las personas físicas, pero sí han perdido todos sus bienes, su modo de vida. Lo que pasó en Tenorio puede suceder en cualquier momento y en cualquier lugar.
-¿Tan difícil es que a un mismo municipio le atiendan, según la zona, diferentes parques de bomberos para que llegue antes el más próximo?
-Hay diferentes estudios que se han hecho, pero que se han quedado en el tintero, consistentes en crear una mancomunidad de municipios para que la ciudad más importante dé cobertura a otras zonas. Obviamente, una zona del rural no puede tener los mismos medios que una ciudad. Cuando se generó el actual modelo, para dar cobertura a los ayuntamientos de menos de 20.000 habitantes, nació un modelo de gestión indirecta. Esto lleva funcionando más de diez años y no trabajamos nunca juntos, no nos conocemos... Es un problema de base fundamental que hay que corregir. Hay que homogeneizar el servicio de bomberos para que trabajemos todos juntos. Hay una llave, que es el plan estratégico Platerga, que siempre sale a la luz cuando ocurre algo grave, pero nunca se activa. Cuando fue el incendio de Fandicosta se activó a los tres días.
-¿A qué obedece ese interés para que no se dé este trabajo conjunto?
-Hay una disfunción dentro del servicio, entre los de gestión indirecta, que dependen de empresas que quieren el máximo beneficio, y los que dependemos de administración pública y que exclusivamente nos dedicamos al servicio. No es culpa del bombero, sino del modelo.
-Y todo desde el año 1999.
-Exacto. El primer parque que se hizo para un municipio de menos de 20.000 habitantes se hizo de gestión directa, que es el de Silleda y funciona excelentemente. Pero después se hicieron desde la gestión indirecta.
-¿Cuántos bomberos hay en Pontevedra contando todos estos cuerpos?
-Sobre 230, contando los del parque municipal de Pontevedra, los de Vigo y los de los parques del consorcio provincial.
-¿Son suficientes?
-No. Hace falta más dotación. Tenemos un problema añadido, que es la media de edad. Durante años no se han convocado plazas de bomberos. La media de edad es alta. El 40 por ciento de la plantilla se jubila en cinco años. Hace falta que entre más personal porque la función del bombero se ha dimensionado de una forma diferente a como se entendía antes. Es un servicio que todos quieren tener. No se puede hacer como dice la Xunta, que dice que puso parques donde antes no los había.
-¿Cuál es la edad de jubilación?
-Si has hecho 25 años de bombero, te puedes jubilar a los 60 años. Si no, a los 67. El bombero tiene una media de edad de las más bajas de diferentes colectivos, de 72 años. Tenemos problemas cardíacos, muchas lesiones, situaciones de estrés que quedan ahí. Hay veces que un solo minuto de tu vida es excecpcional. Somos humanos.
-Las críticas de la plataforma de bomberos públicos se han centrado en la Xunta, pero la Diputación de Pontevedra no tomará una decisión, dice, hasta 2021, cuando expira el actual modelo.
-La Diputación, igual que tiene capacidad de diálogo político, puede sentar en una mesa de trabajo a todos los actores involucrados y generar un plan estratégico con un mapa de emergencias con las zonas de riesgo, podría ser ejemplarizante. Tienen la posibilidad y, si quiere, puede hacerlo. Culpar a otro y estar con esa guerra política es una forma de decir "quiero hacer algo diferente, pero estoy haciendo lo mismo". La concesión finaliza en 2021, pero la empresa está fallando en las cláusulas de contrato. Se le puede sancionar porque no es rentable económicamente seguir con ese servicio.
