Un camión de grandes dimensiones, de los denominados vehículos de transportes especiales, fue ayer el protagonista de un caos circulatorio que, durante 40 minutos, provocó enormes retenciones en la salida norte de la AP-9, a la altura de la rotonda de Bombeiros.

El vehículo trató de efectuar un giro en la rotonda que, por su tamaño, constituía una maniobra compleja y el resultado fue que se quedó atrapado, sin posibilidad de moverse en dirección alguna. El incidente ocurrió a las 10 horas, según informaron los cuerpos de la Guardia Civil, encargados de regular el tráfico en este nudo. Mantuvo detenidos a multitud de vehículos que iban a tomar la salida desde A Barca tanto por autopista como por la carretera a Vilagarcía. En el caso de la autopista el corte fue total, los dos carriles dirección Santiago estuvieron completamente parados, llegando a afectar el suceso al tráfico del interior de la ciudad.

La normalidad regresó en torno a las 10:40, una vez se logró que el gigantesco camión logró reorientar la cabina y su carga para retomar su rumbo. Se dirigía a Vilagarcía de Arousa, tras llegar a la rotonda de Bombeiros por la autopista AP-9.

Junto a los agentes de la Guardia Civil, hasta el lugar se desplazaron miembros de la Policía Local para asistir en las labores de reordenación y control del tráfico.

Aunque en un primer momento se temió que este transporte no hubiera cumplido la normativa que obliga a informar a la Policía Local y a solicitar los correspondientes permisos especiales de circulación, finalmente se aclaró que, si no fue así, fue porque su ruta no incluía el paso por la ciudad de Pontevedra. La Guardia Civil confirmó que el camión sí contaba con todas las autorizaciones precisas para llevar la carga por autopista y carretera.

El transporte de este tipo de objetos de gran tamaño está regulado por la Dirección General de Tráfico, a través de su Reglamento General de Vehículos y de la Reglamentación sobre vehículos pesados, prioritarios y de transportes especiales. De acuerdo con la legislación vigentes, este tipo de transportes requiere de autorizaciones especiales y del pago de una tasa general a la DGT, además de las tasas que se estipulen en cada una de las ciudades de paso y que tendrán que designar los distintos Ayuntamientos.

Cuando los vehículos de transportes especiales exceden los 55 metros de largo y los 5 de ancho, en vías convencionales deberán ir además escoltados por miembros de la Policía o Guardia Civil de forma obligatoria, con quienes se pactará una tramo horario para pasar con la carga.