Los montes de la comarca no están preparados para hacer frente a los incendios. Cuando está a punto de comenzar el mes de mayo, la superficie arbolada y de monte raso continúa, en su gran mayoría sin limpiar. Si bien la Xunta, a través de la Consellería do Medio Rural, ha informado a los propietarios, tanto de terrenos privados como comunales, sobre la importancia de su acondicionamiento para afrontar la estación más calurosa del año, su estado sigue siendo similar al de hace meses, en pleno invierno. Las comunidades de montes se lamentan, por un lado, de que no se esté obligando por ley a afrontar esa limpieza y, por otro, de que las administraciones públicas no ofrezcan ayudas para llevarla a cabo ni exista una comunicación directa frecuente con los gestores de los montes. Por su parte, los concellos intentan presionar para evitar que sus municipios vuelvan a sufrir oleadas de fuegos, como ya ocurrió el año pasado en zonas del interior como Cotobade.

"El estado de los montes es igual que el del año pasado e igual que el de todos los anteriores y los próximos: lamentable. Está sin ningún tipo de tratamiento, tanto las propiedades particulares como los de las comunidades de montes. Hay plantaciones de eucalipto que da pena verlas. Están en estado de abandono, es un caldo de cultivo al que hay que sumar el tiempo seco sin lluvia y con viento", explica Iván Pérez, presidente de la Mancomunidade de montes veciñais en man común de Pontevedra y vicepresidente de la Comunidade de Montes de Lourizán.

Pérez asegura que llevan tiempo denunciando que la legislación existente no se cumple y que no se lleva a cabo ningún tipo de seguimiento por parte de la Xunta. "Es complicado de gestionar, porque los propietarios son los particulares y las comunidades de montes, pero al menos la Administración debería encargarse de que se cumpliese la ley, que no se cumple. No se vigila el estado de los montes. Esto es como si tuviéramos una ley de residuos pero cada uno tirase la basura donde le diese la gana. Si pasase eso, habría un escándalo generalizado, pero con los montes no", se lamenta.

Actualmente, informa el presidente de la mancomunidad, no existe un período en el que la Xunta "obligue" a los propietarios a proceder a la limpieza previa a la época estival. "Una de las cosas que pedimos es que en lugar de tanto dinero invertido en extinción, se invierta más en prevención", recalca.

Otra de las demandas de los comuneros es que se dé una comunicación directa más frecuente entre la Administración y los gestores de los montes. "Yo, como presidente de la mancomunidad, jamás recibí una llamada de la Xunta para poner en marcha algún tipo de coordinación", critica.

"Yo no veo un interés claro ni una estrategia para afrontar este problema. También porque no hay participación ciudadana. Por eso nosotros estamos intentando explicar qué ha pasado con los montes gallegos a lo largo de la historia. Si ves fotografías aéreas de hace 50 años te das cuenta de que el monte era raso, había un aprovechamiento intensivo porque era el sustento de la economía familiar. Con el franquismo se industrializó el monte y se obligó a plantar eucaliptos, especies de crecimiento rápido. Se echó a patadas a la gente de los montes", considera.

Si la falta de "mano dura" de la Xunta es una crítica de los comuneros, también lo es la ausencia de ayudas. José Portela, presidente de la Mancomunidade de Montes de Cotobade, recalca que hay montes fáciles de limpiar y otros de difícil acceso. "Hay zonas en las que las máquinas no pueden trabajar y hay que limpiar a mano, y económicamente no hay quien lo resista", subraya. "Apagar un fuego es muchísimo más caro que hacer la prevención", se lamenta. "Las comunidades estamos pidiendo, pero las subvenciones no se dan con facilidad", añade.

Los concellos de la comarca forman parte del Distrito Forestal XIX. Caldas-O Salnés. La mancomunidad de Pontevedra aglutina a 13 comunidades de montes, que gestionan un 25 por ciento del municipio, cerca de 2.500 hectáreas.

El año pasado los incendios afectaron en el municipio a terrenos de la Comunidad de Montes de Salgueiral, en Bora, con un fuego que entró por la zona de Tenorio. "Fue un mazazo impresionante para el presidente, porque llevaba diez años realizando proyectos de eliminación de eucalipto y recuperación del monte. Son proyectos a largo plazo que se ven truncados porque los incendios llegan hasta ti a través de los montes de los vecinos. Ardieron montes muy buenos por culpa de una mala gestión privada", explica Iván Pérez. El otro fuego que afectó al municipio fue el registrado en Pontesampaio. "Fue un fuego demoledor, porque se encendía y apagaba".

"Los eucaliptos son el principal problema de los montes de la comarca. Son especies pirófitas, amigas del fuego", recuerda Iván Pérez.