Bajo la dirección de las profesoras del área de Edafoloxía y Química Agrícola, Purificación Marcet y Emma Fernández Covelo, este proyecto estará centrado en buscar posibilidades de mejora del compost de menor calidad. "La idea es ver si es viable emplear el bioestabilizado, un compost que no se puede utilizar para suelos agrícolas, para la regeneración de suelos degradados", explicó ayer Marcet, profesora de la Escola de Enxeñaría Forestal. Añadió que la investigación "abarca en primero término la caracterización de este compost, para posteriormente, mediante su combinación con otros materiales estabilizantes, estudiar en A Canicouva como responde al suelo cuando se lo añadimos".

El objetivo general del proyecto, explicó por su parte Fernández Covelo, es ver la viabilidad de la aplicación del material bioestabilizado sobre la calidad del suelo del monte de la parroquia pontevedresa, "evaluando los problemas existentes en cada zona y mejorando las cualidades físico químicas del compost, para favorecer la regeneración natural de cada tipo de suelo".

Lixiviados

Para eso, el trabajo de este equipo de investigadores abarcará la realización de una serie de pruebas tanto en invernadero como en contenedores, en el propio terreno de A Canicouva. Segundo explicó Marcet, los trabajos iniciales darán comienzo en el mes de noviembre, y abarcarán una serie de pruebas de este compost para, en el último año, "con los resultados de todas estas experiencias previas", realizar sobre el terreno una serie de test de germinación y evaluación de potenciales contaminaciones por lixiviados, entre otras actividades.

Este último apartado es el que generó mayor rechazo entre los vecinos de la zona que se oponen a la ubicación de una posible planta de compost en A Canicouva, sobre todo en la parroquia de Pontesampaio, que teme que el tratamiento de los residuos orgánicos acabe contaminando sus acuíferos.