Cuntis seguía ayer en una nube por la noticia del año. Diez premios del "Sueldazo" de la ONCE del pasado fin de semana recayeron en la pequeña villa pontevedresa. En total, el sorteo dejó 1.680.000 euros, pero de ellos, 1,5 millones fueron a parar a los dueños de una carnicería de la Plaza de Abastos.

El matrimonio formado por Carlos O. y Rosa M, y sus dos hijos podrán cobrar al contado 300.000 euros y a partir de ahora, pasarán a tener un sueldo de 5.000 euros cada mes. Así durante las próximas dos décadas. Una seguridad económica que les ha resuelto su vida.

En un principio, cuando saltó la buena nueva, los premiados no quisieron hacer declaraciones. Su objetivo era seguir en el anonimato y evitar que los conocieran más allá de las fronteras cuntienses. Sin embargo,ayer, la Agencia Atlas logró hablar con un matrimonio que todavía no daba crédito. Todavía no se les había puesto cara de multimillonario y por su comportamiento, cualquiera diría que no lo son.

La mujer, Rosa M. destacó que "obviamente, el haber conseguido un premio así supone una gran alegría", aunque lo importante será "seguir teniendo salud". "Hoy estamos bien. Mañana sabe Dios", recalca. En la misma línea se pronunciaba su pareja que ahora pide que la salud les siga respetando para "poder difrutar el premio".

Para Carlos O., su familia "ya estaba bien tal y como estaba", pero eso no impide que celebren con una "inmensa alegría y emoción" un dinero caído del cielo. O quizá de la fe, porque como aseguró a este diario Elisa Miranda, la vendedora de la ONCE, la familia le compraba cada día un boleto terminado en 8. Al final, la insistencia tuvo recompensa. Y de las buenas.

Seguir trabajando

Carlos confirma que, en un principio, la idea del matrimonio es seguir trabajando: "Hay otra gente que dejó su puesto de trabajo sin tocarle nada. Nuestro trabajo es la vida de todos los días y tenemos que seguir así". Así lo demostraron volviendo ayer a la carnicería como si tal cosa. Porque precisamente eso es lo que quieren seguir siendo. "Esto nos viene muy grande. Nos gustaría segir siendo anónimos y que nos tratasen como carniceros. Es lo que seguimos siendo", confiesa Rosa.

De hecho, la familia todavía no se explica porqué ellos fueron los afortunados. Carlos admite que "seguramente otras personas lo necesitarían más". "Nosotros ya estábamos relativamente bien tal y como estábamos. Teníamos trabajo y salud. No había queja", destaca el hombre.

El carácter humilde que muestran ante la cámara se refleja en las palabras de sus conocidos. Elisa Miranda mostró su "gran alegría" porque el premio gordo fuese a parar a "una familia que todo lo que tiene es a base de trabajar desde muy jóvenes". Por su parte, una de las compañeras en un puesto anexo en el Mercado afirmó que "es una gente muy trabajadora".

Sin embargo, pese a la humildad que desprenden sus palabras, Rosa asegura que su ilusión "es tener una casa pequeñita" en propiedad. Será su capricho, ya que pese a que su situación no era mala, "hay agujeros que cubrir". "Tenemos dos hijos y familiares a los que ayudar", relata la mujer. Seguro que habrá tiempo y dinero para todo.