El primer pleno de la Diputación tras las elecciones del 25-S se celebró sin apenas público y sin grupos de detractores ni partidarios del gobierno bipartito en el Pazo Provincial. Esta circunstancia originó uno de los primeros debates de la sesión, al pedir el grupo popular al gobierno que "no vuelvan a llenar las sillas con alcaldes y simpatizantes" y responder el vicepresidente nacionalista, César Mosquera, que fue precisamente el PP quien comenzó con esta estrategia de boicotear las sesiones plenarias llenando el patio de butacas de simpatizantes y militantes.

En el debate de una cuestión económica, el grupo provincial del PP denunció que "después de mucho criticarlo, en la tercera modificación de crédito de los presupuestos de este año, reservan más de un millón de euros para libre disposición de la presidenta". Para los populares, los "convenios" firmados por el gobierno provincial son el "nuevo millón de euros de libre disposición" que el actual gobierno criticaba de la gestión de Rafael Louzán, algo que fue negado taxativamente por el equipo de Carmela Silva. En el debate de este asunto la presidenta retiró la palabra a la portavoz popular, Nidia Arévalo, por utilizar este punto del orden del día para hablar de asuntos dispares.

En el pleno de ayer se aprobó de manera definitiva el Reglamento Orgánico de la Diputación. El nuevo texto salió adelante con los votos de los grupos del PSdeG, BNG, y Marea, cuyo diputado, Xosé Lois Jácome pidió "que sea aplicado con sentido común".

El Partido Popular lamentó que no se hayan tenido en cuenta ninguna de sus alegaciones que, según expuso la portavoz Nidia Arévalo, pedían mayor flexibilidad en las intervenciones de los diputados.

El vicepresidente Mosquera acusó al PP de haber convertido los plenos "en un circo" y el socialista Carlos López Font indicó que el nuevo reglamento viene a democratizar el funcionamiento del pleno, en el que la presidenta pierde potestades que tenía su antecesor, además de recordar que el anterior reglamento era de 1990. También lamentó el "boicot permanente" que viene haciendo el grupo popular del pleno y de no ser una oposición "útil" para la institución.