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Jugar al escondite entre médicos

Una alumna de Bellas Artes llena de dibujos las paredes de la sala de espera de radiología pediátrica para humanizar el Hospital Provincial

Manuela Elisabeth Rodríguez, sentada, con responsables del servicio, en la sala decorada. // FDV

Ocultarse en la sala de espera de un hospital. No salir cuando el médico pronuncia nuestro nombre. Correr por sorpresa al interior de la consulta para decir "por mí y por todos mis compañeros". El absurdo de jugar en la que a veces es la antesala de las penas, en el paso previo que podrá dictar si harán falta tratamientos que amenazan la moral y ponen a prueba el cuerpo con la promesa de curarlo es lo que hacen los personajes de Molita desde las paredes de la sala de espera de radiología pediátrica en el Hospital Provincial de Pontevedra.

Molita amenaza a la tradicional espera triste y gris como amenaza a sus padres al convertir el nombre que le dieron, Manuela Elisabeth Rodríguez, en la síntesis artística con que la conocerán todos los niños y admiradores de su obra. La obra de Molita consiste en poner a jugar al escondite a los personajes que salen de su pincel para humanizar esta área en que los niños aguardan para saber si hubo fractura o si las noticias son buenas después del susto. La iniciativa comenzó hace tres años, cuando otros alumnos de la facultad de Bellas Artes del campus de Pontevedra hicieron uso del acuerdo entre su centro y la Estrutura de Xestión Integrada de Pontevedra e o Salnés para dar forma a un proyecto que pretende hacer más cercanas las áreas delicadas del CHOP.

"Llegas con la intención de superar el cáncer, pero la sala de espera te hunde psicológicamente", contaba hace unos meses a Faro la enfermera y paciente de oncología Amalia Lobeira. Para desterrar esa sensación nació en 2013 este proyecto que primero se encargó de la sala de familiares de cuidados paliativos y del Hospital de Día Psiquiátrico y ahora invita a Xogar a esperar de la mano de Molita, alumna de doctorado.

"Comenzamos con trabajos de fin de Grado, pero esta intervención es de una alumna que está realizando su tesis doctoral sobre ilustración, por lo cual la valoración es muy positiva y con la impresión de que aún hay mucho margen de recorrido para este tipo de colaboración", afirma Juan Carlos Meana, responsable del curso de doctorado de la facultad de Bellas Artes. La intención es que los niños de las paredes interactúen con los niños que esperan, explica la autora, por eso se asoman a las ventanas y se esconden detrás de las puertas. "El proyecto evolucionó hasta dar lugar a un grupo de niños que se mimetizan con el contorno, por sus colores tenues y línea abosquejada, jugando al escondite", dice Molita. La próxima vez que su hijo se caiga en el parque y acabe con él a la espera de una radiografía, asegúrese de mantener los ojos abiertos mientras cuenta, para cuando les llegue el turno.

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