La llegada de la crisis, que provocó no solo una caída de las recaudaciones fiscales, sino también de otros recursos, llevó a las administraciones públicas a explorar fórmulas con las que obtener ingresos atípicos, y la vía más socorrida fue poner en venta parte de su patrimonio, en especial terrenos edificables e inmuebles. La Xunta practica desde hace años una política de subasta de locales con resultados escasos hasta ahora en la ciudad. El mejor ejemplo es el edificio de la antigua Cámara Agraria, en la plaza del Teucro, que en abril se subastará por quinta vez al no salir adelante los cuatro intentos anteriores. Tampoco hay salida para inmuebles oficiales abandonados, como el antiguo cuartel de la Guardia Civil en Loureiro Crespo o la delegación del Ministerio de Hacienda en A Ferrería, cuya cesión se negoció en su día, pero sin éxito.
El Concello, por su parte, tiene en venta desde hace varios años el sótano del edificio Los Mirabeles, en A Parda, y los intentos de subasta o adjudicación siempre han quedado desiertos. Algo parecido ocurre con un solar de casi 3.200 metros cuadrados y destinado a uso hotelero en los terrenos de la antigua fábrica de Tafisa, en venta desde hace años. Los contactos entablados hasta ahora por posibles empresas y cadenas interesadas se han ido al traste y todo apunta a que el precio del suelo ahuyenta a los posibles compradores. Con una tasación próxima a los dos millones de euros, supone una valoración por encima de los 600 euros el metro cuadrado. Esta cifra cuadriplica los precios medios que el Ministerio de Fomento acaba de establecer para el suelo edificable urbano en la ciudad, y que se sitúa en los 144 euros por metro, uno de los más bajos de los últimos años y menos que la media española, que supera los 150 euros.
Posible rebaja
Esta elevada tasación del solar en Tafisa se fijó hace varios años, cuando los precios sí se acercaban a esos parámetros, pero a día de hoy se considera "excesivo", por lo que el gobierno local no descarta rebajar la valoración actual, si bien "siempre en función de los informes técnicos", según apuntó ayer el concejal de Patrimonio, Vicente García Legísima. Por ello, aunque se admite esa posible rebaja, no está definido hasta donde se bajaría el precio. Se aplicarse la tasación de Fomento, el descuento sería muy considerable.
Al menos en tres ocasiones desde 2001, cadenas de hoteles preguntaron por el citado solar, en la esquina de la calle José Malvar con la avenida de Buenos Aires, ante el puente de los Tirantes. Fue en el verano de 2011, en marzo de 2105 y hace apenas unas semanas. Pero en todos los casos el resultado fue el mismo: nulo, con el agravante de que ese inmenso ámbito de más de 100.000 metros cuadrados tampoco ha sido ocupado por ni una sola de las al menos mil viviendas que se llegaron a proyectar. Tampoco salió adelante el proyecto del Edificio das Artes negociado con la Universidad de Vigo.
La parcela de 3.173 metros cuadrados está destinada exclusivamente a usos "hoteleros y compatibles" desde su recalificación. Al margen de su precio, la venta de este solar choca con otros inconvenientes, ya que se exige que el futuro hotel no sea de menos de cuatro estrellas y a ser posible de cinco, ya que en la ciudad no dispone de establecimientos de ese rango y los más cercanos se ubican en Vilagarcía y Vigo.
En la recalificación realizada en su día sobre los 100.000 metros cuadrados de Tafisa ya se reservó la esquina más próxima al puente de los Tirantes para este fin, y se detallaba que "dadas las características y singularidad del uso, el edificio será de composición libre". Eso sí, las plantas de sótano podrán ocupar la totalidad de la parcela pero no así las superiores, que no podrán exceder de los 1.850 metros cuadrados. En los sótanos se podrán realizar instalaciones vinculadas a los usos hoteleros o compatibles como gimnasio, saunas, piscinas o salones de usos múltiples.
Mientras el proyecto del hotel permanece estancado, tampoco hay avance alguno en el resto de los terrenos destinados a uso residencial. Las obras de urbanización de todo el ámbito comenzó en 2011 y se demoraron hasta unos meses. Fue en julio de 2015 cuando el Concello se hizo cargo de los viales y espacios públicos de la zona, hasta entonces vallados y sin uso por parte de los ciudadanos.
