El CEIP Barcelos reinició ayer con normalidad el curso escolar tras la Semana Santa con un entorno renovado, el de la plaza, que el Concello de Pontevedra inició justo antes de las vacaciones.
La imagen que la zona presentaba no tenía nada que ver con la situación que todos estos años los padres, familiares y cuidadores de los niños tenían que vivir para llevar a los pequeños al centro escolar. Sobre la plataforma única, que convierte en un espacio continuo la acera ante la entrada al colegio y la plaza, los adultos conversaban mientras los pequeños jugaban con la relajación que supone la ausencia de tráfico rodado.
"Estamos muy contentos porque todo esto es una forma de abrir el colegio a la ciudad. Queremos poner en valor el centro y, entre otras cosas, su multiculturalidad", aseguraban ayer miembros de la Asociación de Nais e Pais de Alumnos.
Como siempre ocurre ante situaciones nuevas, los adultos que ayer se acercaron a llevar a los escolares hicieron poco uso de la zona de aparcamiento más cercana al colegio.
"Muchos de ellos dejaron el coche al otro lado de la plaza y la atravesaron andando porque no sabían si se iba a formar mucho atasco aquí delante", explica José Muiños, jefe de estudios del colegio.
En este sentido, miembros del Anpa dijeron ayer que algunos padres habían contactado con el parking subterráneo de la plaza para estudiar la posibilidad de, en las horas punta, disponer de algún tipo de descuento para dejar los coches estacionados mientras acompañan a sus hijos al centro escolar.
La plaza será utilizada, cuando el tiempo lo permita, como una extensión del patio del colegio.
