Un protocolo de actuación "impecable". Así es como definen, desde la Plataforma de Bombeiros Públicos de Galicia, la actuación que llevaron a cabo los bomberos de Pontevedra (en colaboración posteriormente con los de O Morrazo y O Salnés) el pasado lunes por la noche para la extinción del incendio declarado en el edificio que da a las calles Michelena y A Ferrería.

Este colectivo quiso aportar su punto de vista a un suceso que, señalan "es con toda probabilidad uno de los incendios urbanos más violentos que contemplamos en los últimos años".

Señalan que el operativo se activó a las 20.40 horas y que a las 20.45 horas "los compañeros de los bomberos de Pontevedra se encontraban ya en la calle Michelena con la dotación material adecuada, en donde priorizaron el rescate y la evacuación de varios vecinos de los edificios colindantes (uno de ellos con movilidad reducida)", recuerdan. En la opinión de la Plataforma, se siguió el protocolo de actuación adecuado, "al priorizar las vidas de las personas antes de salvaguardar los medios materiales" y una vez finalizadas estas tareas se abordó el proceso de extinción de la edificación.

Por lo tanto, afirman "rotundamente", que el protocolo de actuación de los bomberos "fue impecable", y que sería "común y extensible" al que llevaría a cabo cualquier otro servicio de extinción de incendios y salvamento de Galicia.

El "gran handicap" al que tuvieron que hacer frente los bomberos de Pontevedra, al igual que ocurre con el resto de los servicios en Galicia, y que permitiría "alcanzar un estándar de calidad superior en la intervención", es "el reducido número de efectivos" en los cuadros de personal de los parques de bomberos gallegos. Una cuestión que desde esta Plataforma, vienen denunciando desde hace tiempo.

8 bomberos para el incendio

Señala este colectivo que, el día de los hechos, el turno de guardia de los bomberos de Pontevedra estaba compuesto por ocho efectivos (los servicios mínimos son de seis). De estos ocho efectivos, uno permanece en la central realizando labores de coordinación de llamadas, otro es el jefe de salida o cabo, que acude al siniestro, en casos como el del lunes, con otros seis bomberos. Según explican, una vez llegados al punto de intervención, el jefe de salida expone la actuación que se va a llevar a cabo y hace un reparto de las tareas de los cinco bomberos que lo acompañan, dado que de los seis que salen del parque, uno es un operador de bomba, con lo cual, quedarían trabajando en el interior del siniestro solo los cinco ya citados: "Eso en lo mejor de los casos, porque cuando trabajan en mínimos de seis, únicamente tres bomberos trabajan en interiores, algo que sucede en el 70% de las ocasiones a lo largo del año", señalan desde la Plataforma.

El operativo se vio reforzado minutos después con personal del propio servicio de Pontevedra que fue movilizado a pesar de estar en su día libre, e incluso con los ya citados bomberos del consorcio provincial (Morrazo y O Salnés) que acudieron con un vehículo de altura.

Ratios de bomberos

Desde la Plataforma concluyen que, por lo tanto, "con cinco bombeos en intervención es humanamente imposible acometer un rescate de personas e extinción de incendio de forma simultánea". Así las cosas, desde este Plataforma se plantean varias preguntas. En primer lugar, "¿Qué tiene que pasar para que se dote a los servicios del número de efectivos adecuados?". Aseguran que, a nivel general, en Galicia, siguen sin cubrirse en los cuadros de personal jubilaciones y otras bajas, de tal forma que quedan servicios con "mínimos de guardia insuficientes para realizar operativos con calidad y seguridad". En concreto, en la ciudad de Pontevedra, con un servicio que atiende a una población de 83.000 habitantes, el servicio tiene apenas 36 efectivos, es decir 1 bombero por cada 2.300 habitantes, una cifra "bastante mejorable, cuando la tendencia es a la consecución de 1 bombero por cada mil habitantes". Como comparación, los 36 bomberos de Pontevedra contrastan con una plantilla de hasta 111 policías locales en la misma ciudad.

La segunda pregunta que se hace esta Plataforma tiene relación con la necesidad de que las administraciones "tomen en serio" este servicio y acometan una regulación del mismo. Señalan que en cuanto coinciden dos servicios de extinción distintos trabajando en un mismo escenario vuelve a ocurrir, al contar con sistemas de comunicación "incompatibles" entre ellos, uniformidad y protocolos diferentes o cascos de todos los colores, algo que puede parecer una cuestión menor, pero que en medio del operativo dificulta reconocer a un cabo de un bombero o un sargento. Dicen que si los operativos acaban progresando, "aunque sea a duras penas, lo es debido "al buen entendimiento de los medios actuantes".

Solidaridad

La plataforma que aglutina a los bomberos gallegos realiza estas consideraciones desde el "más absoluto respeto y solidaridad a todas las personas que se vieron afectadas por el incendio". "Desde aquí, y aunque somos conscientes de que hay cosas que nada ni nadie les podrá devolver, les deseamos que la vuelta a la normalidad se desarrolle con la máxima celeridad posible", indican.