Las dos acusadas del conocido como crimen de Chancelas, la vecina de Vilalonga Albertina Taboas; y Rocío Gondar, de Noalla; comparecieron ayer ante los magistrados de la Sección Segunda de la Audiencia de Pontevedra en una vista que tenía como objetivo la situación de prisión provisional en la que se encuentran desde el 13 de febrero de hace años, cuando fueron detenidas como presuntas autoras materiales de la muerte a golpes del octogenario de Poio Secundino Prego Amil, un crimen del que ayer precisamente se cumplían dos años, al haberse cometido en la noche del 2 de febrero de 2014.

La fiscal que investiga el caso, Carmen Novo, solicitó al tribunal que mantenga la situación de prisión provisional dado que a su juicio, y a pesar de las reiteradas peticiones de puesta en libertad que se han solicitado por parte de las defensas de las implicadas a lo largo de los últimos meses, subsisten los mismos motivos que llevaron a solicitar el encarcelamiento de ambas sospechosas hace dos años o incluso se han agravado.

El riesgo de fuga (cabe recordar que una de las detenidas, Rocío Gondar, tenía ya en su poder un billete de avión para reunirse con su pareja en al República Dominicana cuando fue detenida) así como las elevadas penas de cárcel a las que se enfrentan debido a la gravedad de los hechos que se les imputan recomiendan a juicio de la fiscal, mantener esta medida privativa de libertad. Máxime, cuando el juicio por este crimen está ya a la vuelta de la esquina, como se podría decir, dado que la vista oral ya está señalada para el próximo 28 de marzo. La acusación particular, que ejerce la familia de Secundino Prego Amil, también se manifestó a favor de que se mantenga la pena de prisión preventiva para ambas acusadas. Curiosamente, la cercanía de la fecha del juicio provocó que el abogado defensor de Albertina Táboas no mostrase oposición ante la petición del Ministerio Público de que se prorrogase la prisión provisional, no así el letrado que defiende a Rocío Gondar que volvió a solicitar su puesta en libertad.

La herencia, supuesto móvil

Según trascendió en su día, la fiscal Carmen Novo solicita una pena de 20 años de prisión para cada una de las acusadas por un delito de asesinato con el agravante de abuso de confianza (ambas trabajaban como cuidadoras de Secundino Prego). La acusación particular suma a esta lista otras circunstancias como ensañamiento o la de precio, recompensa y promesa. En el escrito, el Ministerio Público vuelve a poner de relieve que el probable móvil de las dos cuidadoras era hacerse con la herencia del jubilado, quien días antes había modificado su testamento para hacer heredera universal de sus bienes a Albertina Táboas.

Supuesto relato de hechos

En cuanto al relato de los hechos que realizan las acusaciones, básicamente coinciden con lo que trascendió hasta ahora de estos hechos. La víctima había acudido aquel domingo a la discoteca la Luna en Cerponzóns y cuando regresó a casa, ambas acusadas lo habrían golpeado con una cazuela (que se rompió) para continuar luego pegándole reiteradamente con el bastón del jubilado y acabar finalmente con su vida utilizando una piedra.

Aunque inicialmente también se habló de un posible intento de asfixia, no hay constancia de este hecho en los informes forenses. Las dos mujeres llamaron más tarde al servicio de emergencias del 112 de Galicia para denunciar que acababan de ser víctimas de un robo en la vivienda de Chancelas de tal forma que unos ladrones habrían sido los que golpearon a Secundino Prego causándole la muerte. Incluso asistieron a su entierro.