Este caso tiene su origen en el hallazgo de un alijo de 275 kilos de cocaína de una pureza del 73,48% en un contenedor que llegó al puerto de Marín en agosto de 2008 a bordo del buque "Amanda". Dos años después, la investigación del Servicio de Vigilancia Aduanera dio sus frutos y fueron detenidas cuatro personas, las tres que resultaron condenadas y una mujer que fue absuelta. La droga estaba valorada en unos 12 millones de euros y los tres acusados deberán pagar multas que suman casi 36 millones de euros. Orbáiz Quintáns ya había sido condenado a tres años de prisión por tráfico de drogas en 2005 por la Audiencia Nacional.