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Sin hogar y con un positivo en la mochila

Elena fue derivada a Oira tras pasar por el hospital: "El Covid-19 es la peor experiencia de mi vida"

Las dos personas alojadas en el pabellón de Oira, durante la comida. De azul, Elena. // Iñaki Osorio

Elena Mormoloc tiene 50 años y es rumana pero lleva dos décadas en España. Trabaja como auxiliar del servicio a domicilio en régimen interno, por lo que no tiene residencia fija. El mismo empleo que le ofrece un techo la desplaza por todo el país y la instala por temporadas allá "donde la empresa diga". La crisis sanitaria del coronavirus la sorprendió en Baños de Molgas, trabajando como cuidadora de un matrimonio mayor. Contraer la enfermedad la dejó sin empleo y sin hogar.

Ella es una de las dos personas alojadas hasta el momento en el pabellón de Oira, habilitado por el Concello de Ourense, para acoger a los 'sin techo' con diagnóstico positivo en Covid-19. Allí reciben los ciudados necesarios, comida y atención las 24 horas.

Elena llegó a Ourense el 4 de enero, procedente de Madrid. El cómo y cuándo se contagió es una "incógnita" porque la pareja con la que convivió hasta que recibió el diagnóstico positivo no enfermó y ella, asegura, apenas tuvo contactos fuera de la casa. Relata que empezó a encontrarse mal y fue al médico en Molgas. "Tenía síntomas febriles y tos, pero no fiebre, me dieron antibiótico y analgésicos, pero aquello no iba bien, cada vez estaba peor", relata. "Yo estaba segura de que tenía el coronavirus pero me decían que era gripe".

Hace tres semanas todo fue a peor. "Mi jefe llamó al 061 y me hicieron la prueba en Ourense". Tal y como ella imaginaba, dio positivo. Fue muy duro, advierte, "no podía caminar, llegué a tener el cuerpo medio paralizado y no podía respirar ni comer". No llegó a ingresar en la UCI pero estuvo ocho días hospitalizada en planta y precisó oxígeno: "Es horrible, piensas que en cualquier momento te mueres; el Covid-19 ha sido la peor experiencia de mi vida", asegura.

El pasado día 9 recibió el alta hospitalaria pero, sin trabajo, Elena tampoco tiene hogar. "La trabajadora social me gestionó lo del pabellón de Oira y aquí estoy", explica. Los días se le hacen eternos pero se siente arropada. Ahora cuenta las horas hasta que llegue el día 25, que es la fecha en la que le realizarán una nueva prueba. "Si sale negativo podré irme". ¿A dónde? No lo sabe. Lo primero será recoger sus cosas en Molgas. "Ahora no hay trabajo, no sé qué pasará".

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