El presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Ángel Santalices Vieira, participó ayer en Trasalba, Amoeiro, en la presentación del epistolario digitalizado entre Ramón Otero Pedrayo y Ricardo Carballo Calero -reconocido este año en el Día das Letras Galegas-, un proyecto materializado gracias a un convenio de colaboración entre la Fundación Otero Pedrayo y el Consello da Cultura Galega, y que permite acceder, en la web, a un total de 167 cartas entre los dos intelectuales.

Este trabajo fue realizado de acuerdo con la familia de Carballo Calero, y de un total de 167 cartas unas 85 (las enviadas por Otero y recibidas por Carballo) están depositadas en el Parlamento de Galicia y las 82 restantes (enviadas por Carballo a Otero) son custodiadas por la Fundación Penzol.

Santalices subrayó ayer que este acto supone una "regalía" en la medida en que el Parlamento custodia la biblioteca y el legado documental de Carballo Calero, "perfectamente catalogado y a disposición de cualquier estudioso interesado en profundizar en su figura y en la época que le tocó vivir". Y recordó que los dos protagonistas del acto,, al igual que otros coetáneos, fueron "personas comprometidas con la causa de la libertad y del galleguismo", que afrontaron las dificultades de aquel momento "con una entereza, valentía e integridad realmente ejemplares".

Asimismo, el presidente del Parlamento insistió en que "la Galicia actual está en deuda con los galleguistas históricos que antes y durante la dictadura, en unos casos desde la Galicia territorial, en otros desde la emigración o desde el exilio, trazaron el camino de lo que es la Galicia actual".

Por su parte, Luis Martínez-Risco, presidente de la Fundación Vicente Risco, expuso la relación entre Otero Pedrayo y Risco, ambos estudiosos que se llevaban 4 años, vivían a pocos metros de distancia en el casco viejo de Ourense, con puntos en común y discrepancias pero "amigos a pesar de tener diferente ideología porque las personas decentes como ellos mantienen la amistad por arriba de ese tipo de cuestiones".

Presentó además las dos caricaturas realizadas por Xurxo Lorenzo, y recordó que Otero Pedrayo fue padrino del único hijo de Risco, e hizo un alegato de su abuelo profundamente católico, al recordar que en 1941 ya tenía abiertos dos expedientes de depuración, uno por una denuncia anónima por "hablar ostentosamente en gallego por las calles acompañado de personas de las Mocedades Galeguistas", y otro abierto por el jefe local de la Falange que lo acusó "de no ser totalmente leal al Régimen".

Asimismo, recordó que Otero Pedrayo recibió en 1962 el premio Galicia de la Fundación March, tras el descarte del otro candidato que era Vicente Risco, debido a una confusión de su "ficha política" con la de su familiar Manuel Martínez-Risco (fallecido en el exilio y que fuera diputado en la II República).

Tras la represión fascista, Otero Pedrayo (inhabilitado para dar clases durante dos años) y Risco "siguieron cabalgando juntos", apunta Martínez-Risco, porque "serían de derechas pero nunca fascistas".

Así, las caricaturas que fueron presentadas como "pieza del mes de febrero" de la Fundación Otero Pedrayo, permanecen colgadas en una de las paredes del salón de la Casa Grande de Trasalba.