Mientras la guerra política por el cierre del paritorio de Verín está cada vez más agitada, en la villa del Támega trabajadores y vecinos del área de influencia del hospital comarcal mantienen viva la presión social por el cierre de este servicio.
El anuncio del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, de una posible marcha atrás en la decisión de suprimir el servicio de maternidad después de que el primer parto sin paritorio revelase problemas de coordinación y acabase con un bebé arrancado del pecho de su madre nada más nacer para ser trasladado a Ourense, no convence al personal sanitario de Verín. "Ya cambiaron de versión cuatro veces; somos muy escépticos", apunta Yolanda Domínguez, secretaria de la comisión delegada del hospital comarcal. "Hasta que reabra el paritorio, aquí seguiremos", apunta.
El encierro continúa y también el calendario de movilizaciones a pesar de que Feijóo volvió a hacer ayer con un llamamiento claro: "Si algún pediatra quiere trabajar en Verín, lo contratamos antes de comer", dijo tras participar en Santiago en la jornada Fronteras de la Innovación Sanitaria. Esta posibilidad no parece fácil después de que la convocatoria de junio quedase desierta. Desde el servicio de matronas de Verín critican que la oferta publicada esta misma semana para reintentar cubrir estas plazas "es exactamente la misma" que no tuvo ningún candidato hace cinco meses.
El presidente del ejecutivo insiste en que es "una gran oportunidad", ya que "todos los pediatras que trabajen en cualquier lugar y que tengan un título homologado en Europa tienen a su disposición dos plazas en el hospital de Verín". El problema asistencial para atender a los bebés que nacen en el hospital de Verín, incidió Feijóo, "solo se puede resolver con pediatras. Sin pediatras no podemos garantizar la seguridad para los niños".
