María Pilar Martín Nájera (Palencia, 1957) se convirtió en la primera mujer en España en acceder al puesto de fiscal de un Tribunal Superior de Justicia, en Cantabria. En 2008 fue nombrada fiscal del Tribunal Supremo, en la Sala de lo Penal, donde ejerció hasta septiembre de 2015, cuando la designaron como Fiscal de Sala delegada de la Fiscalía General del Estado contra la violencia sobre la mujer. Ayer participó en un curso que organiza el Colexio da Avogacía de Ourense contra la violencia machista, dirigido a letrados especializados en la materia del turno de oficio. En lo que va de año han sido asesinadas 49 mujeres por sus parejas o exparejas. Son 1.024 las víctimas desde el 1 de enero de 2003, cuando el Gobierno empezó con el registro.
- Su ponencia versa sobre "Los delitos de violencia de género cometidos a través de las tecnologías de la información". ¿Qué tipo de hechos se encuentran?
- Quebrantamientos, delitos contra la intimidad, acoso, suplantación de la identidad, entradas en ordenadores o grabación y publicación de fotos íntimas. Cualquier modalidad de la violencia de género se puede cometer a través de las nuevas tecnologías porque es más fácil para el autor y además produce un efecto viral, lo que resulta mucho más gravoso para la víctima.
- ¿Es más fácil investigar y hallar pruebas contra los agresores gracias a la huella tecnológica?
- Sí lo facilita. Hay que tener en cuenta que hemos conseguido bastantes condenas por hechos de violencia física mientras que cuando hay violencia psicológica es muy difícil acreditarlo. Pero si tenemos imágenes y mensajería contamos con una policía buenísima que puede rastrear esa huella digital, que aunque sea efímera existe, y comprobar que no está falseada y es genuina. Eso sirve de prueba.
- ¿Cuál es el grado de cumplimiento de las medidas impuestas a los maltratadores, se producen muchos quebrantamientos?
- Un 15% de los delitos de violencia de género son quebrantamientos de medidas cautelares o de condenas.
- Cuarenta y nueve mujeres asesinadas en lo que va de año, víctimas de la violencia machista. ¿Qué falla, cómo se puede reducir esta problemática social?
- Hay que posar los datos estadísticos para ver si es repunte o tendencia y en este caso analizarlo. Posiblemente sea debido a que la mujeres son cada vez son menos sumisas y, cuando dicen basta ya, el varón dominador utiliza como arma la violencia. Esa puede ser una explicación.
- ¿Necesita mejorar el sistema judicial o está suficientemente bien armado para luchar contra esto?
- Tenemos herramientas legislativas buenas, y de hecho nos lo acaba de decir el GREVIO [Group of Experts on Action against Violence against Women and Domestic Violence], que es el grupo que examina de aplicación del Convenio de Estambul [convenio del Consejo de Europa para prevenir y combatir la violencia contra las mujeres]. Pero nos faltan equipos para poder constatar el riesgo objetivo de violencia a la hora de decidir sobre la protección de una víctima. Necesitamos unidades de valoración forense integral que completen la valoración policial, una labor esta última que ha mejorado muchísimo.
- Educación y concienciación social, las recetas a las que siempre aluden los especialistas.
- La educación es fundamental. Nos concienciamos para salir a la calle pero no para salir a denunciar. La mayoría de las denuncias son puestas por la víctima o sus familias, poco por terceros o los servicios sociales. La implicación supone hacer nuestra la violencia de género, un problema de derechos humanos en una sociedad democrática. Tenemos que participar y actuar cuando lo sabemos, no vale decirlo cuando ya se ha producido la muerte o la lesión grave. Hay que comunicárselo a la policía y juzgado en el momento en el que conocemos esa información para que podamos tenerla y proteger a la víctima.
