¿Curas o malabaristas? La falta de sacerdotes sigue en caída libre, y obliga a los 186 que están aún en activo en la diócesis de Ourense, con un clero también muy envejecido, a hacer auténticos malabarismos con su agenda, para mantener una actividad celebrativa que fue de más de 345.000 misas el pasado año, lo que supone casi, 1.000 celebraciones al día.
Una vorágine que, según el Obispado, "podría superar con mucho esa cifra, pues no es posible computar todas las mismas en una diócesis tan dispersa, con 735 parroquias" pero que sí muestra un claro espejo de la realidad social de la provincia, pues por cada celebración cristiana de bautismo, se ofician al menos cuatro exequias o misas de funeral, es decir que hay casi 1.000 bautizos al año, frente a más de 4.000 mil vecinos a los que sus deudos despiden con una misa y funeral católicos.
De este modo los datos del número y tipo de celebraciones que oficia anualmente el clero ourensano, son tambien un reflejo del cambio social. El vicario de Pastoral de la diócesis de Ourense, Francisco Pernas de Dios (hay apellidos que casi imponen la futura vocación de quien los lleva) "tenemos unos cambios en la sociedad como la baja natalidad y el envejecimiento de la población que influyen en nuestro trabajo y que no tienen que ver solo con una crisis de fe".
De los datos del último informe económico y de gestión correspondiente al año 2017 que acaba de hacer público el Obispado de Ourense, se deduce el ministerio sacerdotal, con párrocos que llevan hasta 15 parroquias, puede ser tan estresante como un ministerio de exteriores. Hay 278 sacerdotes en la diócesis, pero solo 186 en activo para esas 735 parroquias.
Las celebraciones incluyeron 988 bautizos en 2017, lo que supuso una caída de algo más del 10% frente al celebrados en 2015. En todo caso la caída demográfica con casi 300 nacimientos anuales menos en una sola década ha influido. De hecho el número total de nacimientos anuales fue de 1.406 al cierre de 2017, es decir que la media de nacimientos diarios ese año fue de 3,8 bebés lo que explica que el retroceso de bautismo no es solo de fe sino de natalidad.
También se mantienen casi invariables los niños que realizan comuniones, que fueron 961 el pasado año casi la misma cifra que en 2015. Se oficiaron también 287 bodas por la iglesia el pasado año, frente a las 368 de 2015, lo que supone en torno a un 30% de caída en solo dos años.
Las confirmaciones también siguen ahí. Fueron en concreto 552 una cifra que si ha oscilado pues frente a las 595 del año 2015 y las más de 600 del año 2016.
Para Francisco Pernas de Dios, el problema es que la confirmación en la fe es un rito más íntimo no implica fiesta social ni banquetes y sobre todo "precisa más de dos años y a unas edades, de 13 a 15 años en los niños están ya saturados de estudios y actividades".
