Después de consumidos más de seis años desde la paralización de las obras, el gran proyecto de construcción del centro de interpretación de parques naturales de Galicia, ubicado en Quintela, en el entorno termal de Outariz, no es más que una infraestructura a medio construir y con futuro incierto. El gobierno municipal tiene claro que el futuro del mismo y su viabilidad pasa por reutilizar esa edificación, pero sin concretar cómo, debido a que la decisión la deben tomar tanto el Ministerio de Medio Ambiente como la Xunta, con los que el Concello había firmado un convenio en 2008 para su construcción y puesta en funcionamiento.

Para el portavoz del gobierno popular y concejal de Medio Ambiente, José Araújo, es necesario que "entre todos -las tres administraciones implicadas- se le pueda dar una solución", que pasaría por reutilizar lo construido, que es por lo que apuesta el gobierno, lamentando la imagen que proyecta una estructura a medio terminar, en la que se invirtieron más de 2 millones de euros, de los 8,5 millones del total del proyecto, que está previsto financiarse con fondos europeos.

Pero lo que explica Araújo, mientras espera que se adopte una decisión al respecto, es que el cambio normativo que se produjo en 2012, un año después del plazo que se había fijado para la conclusión de las obras, determinó su paralización, ya que esa zona fue declarada inundable por la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil. Eso llevó consigo que "no se puede acabar la obra ni se puede construir nada", indica.

En cuanto a los terrenos donde se asienta esa edificación, cedida en su momento por el Concello para la construcción del centro de interpretación de parques naturales, José Araújo entiende que deberá ser recuperada y, de nuevo, pasar a ser de titularidad municipal, siempre que no haya un proyecto alternativo.

En ese intento de buscar una solución, el edil de Medio Ambiente explica que se realizaron diferentes gestiones, tanto con la Xunta como con la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, sin que por el momento se adoptase una solución al respecto.

Una de las alternativas que se pusieron sobre la mesa pasaba por la construcción de un muro de contención en el entorno de lo que hay construido, pero tenía dos inconvenientes, tanto el relacionado con el incremento de la inversión prevista, los 8,5 millones de euros, que no sería determinante, pero sobre todo afectaría al paso de acceso a las zonas termales de Outariz y al de O Muiño da Veiga.

Sobre el futuro inmediato, Araújo evita un pronunciamiento, debido que "no depende de nosotros", en alusión al gobierno municipal, aunque muestra la disposición a colaborar con el Estado y la Xunta para que se pueda recuperar ese espacio, que en la actualidad se encuentra abandonado.