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Sumergirse a 43 grados en pleno agosto

Son muchos los bañistas en Ourense que deciden combatir el calor con más calor y no renuncian a un chapuzón en las termas de A Chavasqueira, a orillas del río Miño

Bañistas en las termas de A Chavasqueira, ayer por la tarde. // Enzo Sarmiento

Pese a que las temperaturas de ayer alcanzasen los 32º grados, fueron muchos los bañistas que escogieron las pozas calientes frente a otras opciones más refrescantes. Ourense, ciudad termal por excelencia, acogía ayer en sus termas públicas de A Chavasqueira a ourensanos y turistas que prefirieron darse un chapuzón en aguas termales rebajadas a 43º en las pozas exteriores.

Pero muchos de los usuarios destacaron diferencias con respecto a veranos anteriores. Por un lado, la afluencia de un mayor número de visitantes extranjeros. Sin embargo, otros bañistas comentaron que este año "hay menos gente" en las termas aunque se percibe mayor presencia de turistas en la ciudad.

Además, con respecto a las condiciones del recinto, las opiniones varían. Algunos de los usuarios comentaban "esto cada vez está mas abandonado; antes venían más a segar la hierba y limpiar el agua, pero actualmente no lo hacen muy a menudo". En la misma línea, los bañistas destacaban "hace años venían desde el ayuntamiento a limpiar el lodo de las pozas con unas mangueras de presión". Sin embargo, añaden que "este verano es habitual ver a los vecinos de esta zona hacerlo con sus propios medios".

Otro grupo de usuarios añadía "yo noto el agua limpia, porque la gente de los alrededores se encarga de que esté clara, pero la hierba está muy alta y hay bastante maleza". No obstante, las termas de A Chavasqueira siguen estando entre las favoritas de los bañistas. "Estas son las pozas que más me gustan, ya que por ejemplo las de Outariz están más descuidadas", comentaba uno de ellos.

El dilema de los socorristas

Por otro lado, son varios los usuarios que solicitan la presencia de una mayor vigilancia en la zona. "Antes solía haber socorristas, pero este año no hay nadie vigilando; además, este río tiene zonas peligrosas y la gente se suele meter muy bruscamente del agua fría a la caliente, por lo que les dan calambres y mareos". Ante esto, añade, "no estaría mal que alguien se encargase de supervisar a los bañistas".

Las opiniones son diversas ya que otros advertían ayer de que "cada uno es responsable de sus actos; hay que tener cuidado con los cambios violentos de temperatura". Señala que "hay que evitar nadar hacia el centro del río, ya que puede haber torbellinos acuáticos, y es muy peligroso".

Del mismo modo, muchos señalaban "la ribera del río es muy grande y sería imposible vigilarlo todo, cada persona debería ser sensata. Además, ante cualquier problema, emergencias podría atender a los perjudicados".

Una de las vecinas de la zona comentaba "yo vivo cerca de aquí y llevo viniendo toda mi vida. Las termas siempre han estado como están actualmente. Pero puede que últimamente las estén descuidando más que en el pasado. Si se arreglase el césped y se limpiasen las charcas periódicamente, cambiaría completamente el terreno". Asimismo, cada vez se nota más la afluencia de turistas interesados en las propiedades del agua termal. Para muchas personas, el sofocante calor de la ciudad, no es una excusa para desaprovechar la oportunidad de disfrutar de los dominios termales del Miño.

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