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Un tributo según la potencia fiscal

El impuesto de vehículos, que reporta 5 millones a las arcas de Ourense, es más caro en 35 capitales

En 16 ciudades cabecera de provincia hay que pagar un tributo menor por un coche medio -DO propuso este año sin éxito una rebaja, incluso mayor a la que logró del IBI, porque sostiene que hay vecinos que se empadronan fuera

Un recibo de este año de un vehículo con potencia media. // Enzo Sarmiento

El impuesto sobre vehículos de tracción mecánica (IVTM) es un tributo directo y obligatorio de titularidad municipal, pero que cada ayuntamiento regula aplicando un coeficiente sobre las cuotas mínimas exigidas para cada tipo de vehículo según su potencia, número de plazas, capacidad de carga útil y cilindrada. Los caballos fiscales (CVF) son la unidad que determina el gravamen a aplicar. En Ourense, este tributo se remitió a cobro voluntario -antes de la fase con recargo- entre el 1 de marzo y el 5 de mayo a los titulares empadronados en la ciudad de vehículos susceptibles de tributar - están exentos automóviles policiales, de emergencias, de transporte urbano o con una antigüedad de más de 25 años-. El Concello preveía ingresar 5 millones de euros por el gravamen de unos 55.000 vehículos, el 80% turismos. El impuesto de un coche medio, de 12 a 16 caballos fiscales -por ejemplo, un Peugeot 406 de 110 caballos reales tiene 13,31 fiscales-, es de 127,35 euros. En otras 16 capitales es más barato. Aunque en 35 ciudades hay que pagar un mayor impuesto por un turismo así, en Galicia, solo A Coruña (128,35) y Vigo (136,9) cobran más.

La ciudad de As Burgas, donde el impuesto lleva varios años congelado, no es de las más caras. Se sitúa en la mitad del ranking hacia abajo de las 52 capitales españolas con la tarifa impuesta por los ayuntamientos a titulares de vehículos de otras cilindradas. Así, un turismo de 8 a 12 caballo fiscales -por ejemplo, un Renault Clio 1.5 de 85 CV tiene 11,02 de potencia a efectos tributarios- paga en esta ciudad 57,8 euros. Solo hay otras 12 ciudades en España en las que el gravamen sea más económico. Los vehículos de gran cilindrada, catalogados con más de 20 caballos fiscales, deben tributar al Concello 218,10 euros. En otras 31 capitales es más cara la tarifa.

Las motocicletas

El impuesto también afecta a los titulares en el permiso de circulación de las motocicletas. Hay unas 3.500 que debían tributar por el IVTM según el padrón que utiliza el Concello de Ourense para la recaudación. Según una comparativa efectuada, como en el caso de los turismos, por Automovilistas Europeos Asociados (AEA), el importe oscila entre los 7,45 euros correspondientes a ciclomotores y motos de hasta 125 centímetros cúbicos -no requiere carné especializado y puede manejarse con la licencia B de los turismos-, a los 107,15 euros que pagan las que superan los 1.000.

Tomando como referencia una motocicleta de 125 a 250 centímetros cúbicos, el impuesto de 13,30 euros es más caro, como en el caso de los coches de potencia media, que en otras 16 capitales de provincia. En Galicia, este tipo de motocicletas pagan más en A Coruña (13,50 euros) y Lugo (14,12), mientras que Pontevedra tiene el gravamen más bajo (12,42 euros).

En el debate político

Democracia Ourensana propuso, y logró con el apoyo del grupo de gobierno del PP, una rebaja del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) de un 10% para este año, y de un 20% en 2019. En cambio, su intención de que también se redujera en este ejercicio el gravamen por el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM) se encontró con el rechazo de la corporación de la ciudad. El líder de DO, Gonzalo Jácome, recuerda que su partido llevó dos mociones a pleno para que se redujera la tarifa de este impuesto, pero ninguna salió adelante.

En la sesión de febrero, Democracia Ourensana llevó a debate una rebaja del 40 % del impuesto sobre vehículos en la ciudad. Gonzalo Jácome apelaba en ese pleno a que la bajada del impuesto supondría "un alivio para el bolsillo de los ciudadanos en un concello con las mayores cargas impositivas de Galicia por ratio de habitantes".

En la opinión que expresó entonces el responsable de DO, se evitaría el "éxodo" de residentes al padrón de otros municipios limítrofes. Según DO, más de 15.000 vecinos de Ourense están censados en otros ayuntamientos. Jácome sostenía que la pérdida de ingresos por la reducción del tributo se compensaría con una mayor aportación estatal con el supuesto aumento de población.

La respuesta del gobierno local, que se abstuvo, la dio la edil de Hacienda, Ana Fernández Morenza. Ofreció que la rebaja se vinculase a la aprobación del Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM), el otro gran proyecto pendiente, porque "sería la forma de financiar esa bajada y de generar ingresos".

PSOE y Ourense en Común votaron en contra, cargando contra lo que consideraron como una propuesta "electoralista" y "populista".

El portavoz socialista, José Ángel Vázquez Barquero, calificó el discurso de Jácome de "neoliberal, que suscribiría, al igual que la iniciativa, el mismísimo Trump". El concejal afirmó en aquella sesión que el argumento que esgrimía DO es "falaz y sin fundamento", al entender que "ningún ciudadano se cambia de concello por el pago de este impuesto".

Por su parte, Martiño Vázquez, portavoz de OUeC, alertaba en el debate plenario sobre las consecuencias de una rebaja de ese impuesto en el recorte de otras partidas, teniendo en cuenta que ya se habían reducido los ingresos con la disminución del IBI en la ciudad.

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