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La Feira do 21 recupera tradiciones

La organización ha conseguido hacer memoria histórica para devolver al barrio una de las citas más antiguas e históricas en el calendario ourensano

Rocío Vázquez y Nerea Blanco, en su puesto. // Enzo Sarmiento

La Feira do 21 continúa la iniciativa de años pasados con el objetivo de recuperar la memoria histórica del barrio devolviéndola a la actualidad.

Por medio de Héctor Rojas, presidente de la Asociación de comerciantes Río Mao, y todos aquellos voluntarios e interesados que apoyan el proyecto, el 21 trae de vuelta una fiesta histórica en la ciudad de Ourense, que por vicisitudes del paso del tiempo había quedado olvidada. La idea surgió de juntar la feria del 21 con la fiesta del patrón de Santiago, que era feria y fiesta del patrón de Canedo. De esta manera han dejado atrás la celebración del año pasado, que tuvo lugar en octubre y noviembre.

La feria primitiva era organizada, según cuenta la organización que ya es el segundo año que se hace cargo de esto, que ha hecho una labor en los últimos años por la recuperación de la tradición del barrio, alrededor del mesón de Nemesio en una ubicación cercana al campo de la feria, distinta a la que actualmente es utilizada, la plaza de Diego González Blanco.

Duraría no más de dos años, después de que la fusión entre el ayuntamiento de Canedo y el de Ourense decidiera que sería el segundo quien debía de mantener la feria viva y el pacto no fraguase. Por tanto, la celebración fue muriendo poco a poco y tras décadas desaparecida, el barrio ha decidido que ya era hora de recuperar la tradición

En la Feira do 21 de 2018 hay más de cuarenta puestos, con actividades que van desde exposiciones a charlas de cocina natural, pasando por el espectáculo de Anxo Moure, un cuentacuentos que presentará su obra 'O carballo con botas'. También se ha preparado una muiñeira dedicada expresamente a la feria.

Los tenderetes que llenan la plaza aportan diversidad a la celebración, sin existir una temática concreta. Tanto es así que el sindicato CNT, los vendedores ambulantes, puestos artesanales y comerciantes de confituras confluyen en un mismo ecosistema sin afear una feria que desde el multiperspectivismo permite al público visitar puestos de diferente índole en un mismo espacio. Para ello fue vital la intención de la organización de invitar a todo aquel comerciante que quisiera acudir, sin ningún tipo de veto que lo prohibiera. Una de las referencias, explica uno de los trabajadores que ha hecho posible la fiesta, es la feria de A Peroxa, en la que también se parte de libertad casi total a la hora de establecer puestos.

Puestos de todo tipo

La idea de la organización no se quedó en pura teoría, ya que quien haya decidido darse un paseo por la plaza de Diego González habrá visto con sus propios ojos que la dinámica de la feria permitía puestos de todo tipo y estilo.

Entre ellos se podría destacar el que ocupaba Suso Tierra. Suso es un artesano que ya conoce la feria. Aunque suele acudir a las de temática eminentemente artesanal, lleva años viniendo al 21. Este tipo de productos, dice, "le encantan a la gente", aunque el precio siempre resulta complicado de establecer. "Para los que compran son caras, pero a ojos del vendedor son baratas", admite.

Uno de los puestos que más llama la atención en esta feria es la regentada por Rocío Vázquez y Nerea Blanco. Entre las dos venden productos a la vez que cuentan con folletos que explican quiénes son. El motivo de acudir a la feria por su parte es "darle visibilidad a la causa, ya que en Ourense no hay muchas más oportunidades para hacerlo". Fue la propia organización la que les propuso acudir, y no lo dudaron siempre y cuando el feminismo localice una vía para mostrarse al público.

También Javier Torres fue invitado para colocar su vehículo adaptado a la venta al público en la feria. Para él es su primera vez y lo único que pedía era que "el tiempo sea bueno y no llueva". El organizador le propuso acudir y a la empresa le pareció buena idea, por lo que tampoco dudaron en instalarse para hacer más amena al público la celebración.

La confluencia de puestos de dinámicas variopintas con las actividades fomentadas desde la Asociación de comerciantes ha ayudado a que el pasado del barrio sea recuperado por los ciudadanos, haciendo memoria histórica y recogiendo las tradiciones más típicas que aunque durante una época quedaron olvidadas, hoy se intenta que las raíces del propio barrio estén siempre presentes.

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