El río Barbaña acumula una larga lista de vertidos que lo mantienen en constante situación de alerta medioambiental. El presidente de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, Francisco Marín, mostró ayer su preocupación porque lo que sucede con este río no es puntual, sino "muy recurrente".

La última agresión la sufrió el pasado fin de semana al recibir en sus aguas más de cinco mil litros de aceite industrial. El origen todavía no se conoce pero sí está claro que procede de los colectores de la red municipal, por lo que el procedimiento sancionador que ha iniciado el organismo de cuenca se dirigirá directamente al Concello de San Cibrao das Viñas como titular de la red. Será la administración local la que deberá emprender acciones contra la empresa que ha provocado el vertido, todavía desconocida.

Así lo indicó ayer Francisco Marín, que señaló que la CHMS pondrá a disposición de ese ayuntamiento todos las analíticas realizadas en las que figuran los componentes del vertido que podrán determinar su procedencia. Dada la cantidad de material contaminante vertido al río y su composición, la sanción se prevé grave. El expediente también incorporará la reclamación de daños y gastos originados, que superan los cien mil euros. De hecho, para atajar este vertido, localizado en A Veiga, fue necesario colocar barreras anticontaminantes y la intervención de bombas y camiones succionadores que retiraron más de 5.000 litros de aceite. Además, en un tramo de cuatro kilómetros hay restos de hidrocarburos adheridos a la vegetación en cuya retirada será necesario trabajar entre dos y tres semanas.

Los vertidos a los ríos son la principal causa de los expedientes sancionadores que tramita la CHMS. En la memoria anual correspondiente a 2017 presentado ayer en la junta de gobierno de la Hidrográfica, se contabilizan un total de 656 procedimientos que se cerraron con sanción y casi la mitad fueron provocados por la presencia de sustancias no autorizadas.

En lo relativo a la gestión y control del dominio público hidráulico, el balance del pasado ejercicio presentado ayer revela un incremento en el número total de expedientes resueltos, que pasaron de 3.592 en 2016 a 4.010 en 2017, lo que supuso un aumento de casi un 12%, fruto, explicó Marín, de un "importante esfuerzo en la tramitación para conseguir la reducción de los tiempos de espera de las resoluciones".

De las 565 sanciones impuestas, 290 corresponden a vertidos no autorizados que, según matizó Marín, se extienden por toda la demarcación y a veces son provocados por el mal funcionamiento de las instalaciones depuradoras. Las razones, apuntó, "son muchas".

El presidente de la CHMS hizo un repaso por las diferentes funciones que ejerce la oficina de la demarcación y rescató de la memoria anual de 2017 cifras como los 2.200 expedientes de autorizaciones de obras en dominio público hidráulico o en su zona de policía (100 metros en ambas márgenes) y 226 nuevas autorizaciones de vertidos en los cauces "con unos determinados parámetros", puntualizó.

Durante el pasado ejercicio se autorizaron 306 aprovechamientos hidráulicos -pozos- de uso privativo que no estaban legalizados, explicó Marín, y se aprobaron 387 concesiones de abastecimiento colectivo.

Análisis constantes

También quiso destacar la "importante labor" que realiza el laboratorio de la CHMS, en el que se analizan más de cien parámetros: "Estamos tomando muestras de aguas constantemente para determinar la calidad y avisar inmediatamente a los usuarios cuando detectamos alguna anomalía", señaló. Esta sección tomó más de dos mil muestras el pasado año, 448 de vertidos.

Asimismo, el presidente de la CHMS presentó también el nuevo Plan Especial de sequía que incorpora nuevos indicadores que permitirán distinguir entre las situaciones de sequía o escasez. La primera relacionada con la ausencia de precipitaciones y la segunda con situaciones en las que la reserva no permite satisfacer la demanda de la población. Este nuevo protocolo, extrapolado a la situación de sequía que afectó al año 2017, implicaría activar el estado de "escasez" en las cuencas de los ríos Limia y Cabe (sur de Lugo), en lo relacionado con los regadíos. En la ciudad de As Burgas es improbable que se produzca esta situación ya que el abastecimiento está sobradamente cubierto por el río Miño. Este plan, explicó, introduce mejoras a nivel de evaluación y predicción.

En todo caso, y a pesar de la insólita alerta por sequía que afectó al pasado año hidrológico y parte de este, los embalses están actualmente al 85% de su capacidad máxima, 17 puntos por encima de la reserva del pasado año y un 6% más que la media histórica. También el volumen de las precipitaciones, a pesar de que mayo no ha sido muy lluvioso, está un 1% por encima de su indicador habitual.