| La capitalidad de Verín vivió ayer un ensayo de su entroido, pero con una sola referencia temática: el culto al terror y lo macabro en la noche de Samaín. El casco viejo se convirtió en un túnel de terror, según los organizadores, por el que desfilaron siniestros personajes del cómico y la ficción como esa niña del exorcista de la foto pidiendo ayuda a los viandantes.