Daniel Minimalia (Vitoria, 1983) es un cantautor con raíces vascas y sentimiento ourensano. A sus 34 años, acaba de recibir la grata noticia de su nominación a los Premios Grammy Latino 2017 en el apartado de "mejor álbum" por su trabajo Origen, de la discográfica local Zouma Records. Seis años atrás, Daniel Llorente Rey se convierte en Daniel Minimalia: deja su trabajo como contable y decide dedicarse a lo que más feliz lo hace: la música. Después de casi un año en el dique seco a causa de una parálisis en la mano, el músico ourensano retoma la gira de presentación del último disco: Origen.
-¿Cómo recibe la noticia de la nominación a los Grammy Latinos?
-Con los brazos abiertos. Es una alegría muy grande, como todos los reconocimientos. Ahora, vuelvo a estar de gira tras casi un año parado por problemas de salud. Doble alegría.
-¿Tenía en su agenda el día en que se daban a conocer los nominados?
-Lo miraba de reojo (risas). Tenía informaciones de gente de Miami que me decía que las expectativas eran muy buenas y tenía posibilidades, pero no era algo seguro.
--¿Qué transmite Origen ?
-Creo que es el mejor disco de los tres que he hecho. Engloba lo que llevo haciendo estos últimos cuatro años. Tiene esa rama eléctrica en temas como "Auria", "Acqua" o "Épika", y una vertiente de estilo celta con aires flamencos en temas como "Moraima".
--Hablando de origen. ¿Hay influencia vasca en sus trabajos?
-En Origen, hay influencia vasca directa de Kepa Junkera, que colaboró en "Mariposa de menta", un tema que mezcla aires clásicos y música vasca.
-En 2011, deja su trabajo para dedicarse a la música. Aparece Daniel Minimalia. ¿Esperaba en ese momento vivir de su nueva profesión?
-La clave fue no pensar mucho (risas). Buscaba la felicidad, una idea bastante romántica de la vida. Mi forma de comunicarme con el mundo es a través de la música y quería enseñar lo que llevaba dentro y, así, empecé a programar conciertos en Madrid, ya que tenía muy claro que las cosas tenía que hacerlas fuera. Me llevé una sorpresa, no esperaba llegar a la gente de una manera tan popular: llego a un público muy amplio y dispar.
-¿Qué le llevó a tomar esa decisión?
-El hartazgo acumulado a nivel profesional. A nivel musical, Minimalia nace con "Al decir adiós", un tema que compuse por mis abuelos. Ahí, surgió mi estilo instrumental, algo que nunca me había planteado, y, con él, encontré mi vínculo. Soy uno de tantos que ha crecido con la doctrina de llegar muy lejos, hacer una carrera? Hice todo lo que tenía que hacer, y no me llenó.
-¿Soñaba de pequeño con llegar a ser quien es hoy?
-No, no, me equivoqué, quería ser una estrella del rock. Me acerqué (risas). Empecé a tocar la guitarra de manera autodidacta a los 14 años y, en aquella época, lo único que tocaba con el grupo de amigos era rock. Si viajara en el tiempo, el Daniel de esa edad se sorprendería bastante si le enseñara al Daniel actual (risas).
-¿Qué le ha hecho cambiar de estilo?
-Fue algo natural, a raíz de "Al decir adiós". Realmente, yo soy de transmitir lo que tengo dentro. Traducir sensaciones y emociones a través de melodía y música me produce bienestar.
-La gente no confiaba en usted, llegaron a decir que no iba a ningún lado cuando deja su vida rutinaria para dedicarse a lo que le gusta
-Era lógico. Me tomaban como loco. Me esperaba alguna palmadita más en la espalda. Gente cercana me decía que me lo pensara: época de crisis, tenía trabajo? Y, la segunda parte, era el tipo de música que elegí: instrumental; me decían que la gente no lo iba a entender. Era algo que tenía que hacer.
-Vivimos en una sociedad con miedo al cambio.
-Hay conformidad. Parece que nacemos con un libro de instrucciones, con la ruta marcada por la familia y con la información de lo que están bien o mal. Cuando te sales de ese círculo, eres el raro; la reacción de la gente es la de pensar que vas por el mal camino.
-¿Cuánto tiempo llevaba pensando en tomar esta decisión?
-(Silencio) Desde el 2008, es decir, tres años. Los temas del primer disco, de todos modos, los hacía para mí. Era mi espacio reservado. Luego, decido enseñárselo a la gente.
-- ¿Qué diferencia hay entre Daniel Llorente y Daniel Minimalia?
-Daniel Minimalia es la parte valiente que tengo dentro, es la máscara que me hace salir y demostrarme a la gente. A nivel personal, no creo que haya cambiado nada, sigo teniendo una perspectiva personal de naturalidad para enfrentarme a la realidad. Lo que sí cambia es la perspectiva de la gente sobre mí, la gente cambia la forma de verme
-¿De dónde viene su nombre artístico?
-Del minimalismo. No creo que mi música sea estrictamente minimalista. Quería mostrar con eso la pureza y la sencillez a la hora de componer y cantar.
-¿Sigue siendo así su trabajo?
-Sí, por supuesto. Si alteras esa manera de ver las cosas o perturbas el origen, acabas en otro tipo de música.
-En muy poco tiempo, pasa a ser un músico reconocido a nivel nacional e incluso internacional. ¿Cuál es su techo?
-Ser feliz, esté arriba o abajo. Hay que hacer el propio camino; lo que venga, vendrá. Este último año, he aprendido que no todo es música. Soy feliz estando con mi pareja, viendo una película o jugando al risk con mis amigos (risas).
-¿No era capaz de disfrutar con más cosas que con la música antes de este año?
-Los primeros cuatro años, no pensaba en otra cosa que en la música. Me quemé un poco. Perdí la perspectiva de las cosas. Pero bueno, si no hubiera trabajado tanto, a lo mejor no estaría donde estoy. La nominación a los Grammy Latinos es una recompensa y creo que me va a quitar muchos dolores de cabeza.
-En este ascenso meteórico, seguro que pasó por numerosas dificultades. ¿Qué barreras se ha encontrado?
-Me he encontrado muchas barreras. A nivel musical, he tenido el problema de estar ajeno a la industria. Está todo muy encorsetado. Arrastrando a más gente que cantantes de otros estilos, se me hacía más difícil tener continuidad.
-¿Qué proyectos tiene en su agenda?
-Ahora, estoy retomando la gira de Origen. Tengo compromisos en Bilbao y Oviedo. El 28 de octubre, voy a Ourense, que tengo ganas de tocar en casa, ya llevo dos años sin hacerlo. En noviembre, me voy a Estados Unidos a hacer promoción y una gira. Hasta febrero o marzo, estoy ocupado.
- ¿Con qué sueña?
-(Silencio) Con ser feliz con lo que tenga. Los premios y los aplausos te dan muchas satisfacciones. Quiero seguir siendo feliz con la música, traiga lo que traiga.
