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Robo de arte sacro en la Diócesis de Ourense

El golpe más duro que ha encajado fue la desaparición de la Virxe do Cristal con el asesinato del cura de Vilanova

La mayor pérdida que ha sufrido la Diócesis de Ourense, fue en los años 2000, cuando "un loco" de Poio (Pontevedra), que se trasladaba en moto hasta la comarca de O Ribeiro, quemó varios templos. Miguel Ángel González todavía tiene la "espina clavada" por la destrucción total del retablo mayor y de doce imágenes barrocas, de gran valor, de la iglesia de Santa María de Vilela (Punxín). También quemó la capilla de San Benito del Marañao y otra en Beade. Cuando procedieron a su detención, dijo que lo hacía por represalias contra la Xunta de Galicia.

La iglesia románica de San Paio de Abeleda ha sufrido "un grave atentado patrimonial", consistente en el robo de sus retablos, que "se llevaron a trozos". La diócesis procedió al tapiado de las puertas y ventanas, después de retirar las imágenes, para proteger el conjunto, y transcurrido un tiempo se encontró con la sorpresa de que "allí no había retablos ni había nada". Los habían fragmentado para poder sacarlos. Solo conserva sus fotos.

En cambio el robo del esmalte de Limoges, perteneciente a la catedral de Ourense, tuvo un final feliz. Robaron la pieza durante una exposición que realizó el Ministerio de Cultura. Debido al escándalo que esto podía suponer, "pidieron que no se le diera publicidad". A cambio, arregló los tejados de la basílica ourensana y encargó a un monje de Silos que hiciera una copia de gran calidad, que se conserva todavía en Ourense. Pero la policía localizó el original hace veinte años, porque "falleció el señor para el que lo habían robado: un caprichoso de Zaragoza".

La recuperación fue posible, porque los herederos lo pusieron a la venta, y lo controló la Interpol, dado que había sido denunciado el robo. El delegado de Patrimonio de la diócesis, Miguel Ángel González, viajó a Madrid con el deán de la catedral en aquel momento, Modesto Alonso Touza, donde se lo entregó la Policía. En la actualidad, el original está integrado en el conjunto de los esmaltes de Limoges de la Catedral y la copia que se hizo en Silos, "la tenemos enmarcada en el archivo, porque tiene su interés".

También recuperó la imagen de una Dolorosa. Unos días después de que se publicara en la prensa la foto de la talla, apareció tirada en unos zarzales, en la zona de A Derrasa.

El Obispado de Ourense tiene fotos de imágenes robadas en iglesias de la diócesis, a lo largo de los años, catalogadas como "piezas de arte popular", pero "han afectado mucho a la devoción de la gente". Miguel Ángel González admite que robos de este tipo, "afectan más a lo afectivo que a lo artístico". Entre ellas se encuentran, las tallas barrocas del siglo XVIII de Cambeo: San Esteban, San Roque y la Virgen del Rosario, robadas en julio de 1997.

En la ermita de Casasoá robaron dos imágenes recién restauradas, en Ourantes llevaron dos cálices en 1985, en Trandeiras, una imagen de Santa Catalina, en Verín robaron en 1998 la imagen de San Vicente y en Varón se llevaron las imágenes de una Inmaculada, de San Pedro, San Paio, San Roque y de la Virgen del Socorro, en 1985 y 1996.

Pero el golpe más duro que ha sufrido la diócesis, fue el robo de la Virxe do Cistal -cantada por Manuel Curros Enríquez-, porque la desaparición de esta imagen, una de las más pequeñas del mundo, ha tenido como consecuencia el asesinato del párroco de Vilanova dos Infantes, Adolfo Enríquez, en el mes de marzo de 2015.

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