Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Moncho Conde Corbal: "En la tasca O Volter, con un tabernero al frente llamado Tucho, se hacía arte"

El Cercano organiza "La Gran Chafallada", en el centenario del Cabaret Voltaire

Moncho Conde Corbal y José Rivela. // Jesús Regal

El Cercano organiza la jornada que lleva por título "La Gran Chafallada" para conmemorar el centenario del nacimiento del Cabaret Voltaire de Zurich, que ha dado lugar al movimiento del "dadaísmo", cuyas reminiscencias en Ourense llevaron a que Vicente Risco le pusiera el nombre "O Volter" a la taberna de O Tucho. Las actividades se desarrollarán el viernes, día 4, desde las 10 a las 22 horas, de forma ininterrumpida.

-A Vicente Risco le llamo mucho la atención ese local, en el que se inspiró para dar nombre a la taberna O Volter de Ourense.

-Claro, porque había visitado el Cabaret Voltaire de Zurich. Nosotros queremos recordar y homenajear este movimiento, que fue el precursor del surrealismo y que tanta impronta tuvo en su momento. No tenemos constancia de que se haya hecho en España ningún acto con motivo del centenario. Por lo tanto, José Rivela y yo hemos tomado la decisión de realizar esta jornada, desde El Cercano, con poesía, música, danza, pintura y una mesa redonda.

-¿Cómo contempla usted el dadaísmo?

-El dadaísmo es el antiarte. Ese movimiento pone en cuestión el arte existente hasta ese momento. Lo hacen unas personas que están refugiadas en Zurich, huyendo de la I Guerra Mundial. Convencen a un marino para que convierta un bar en un cabaret, donde puede intervenir cualquier persona, sin importar la procedencia. Es un movimiento que va contra las normas establecidas. Incluso llegan a suprimir las vocales. El dadaísmo es un movimiento que pone en cuestión las normas establecidas hasta la fecha, tanto en el campo de la pintura como de la literatura. En la pintura rompen con el realismo. Empiezan a darle importancia a las formas geométricas, los círculos... Invierten la utilidad de los objetos, para convertirlos en obras de arte.

-Risco se siente atraído por ese movimiento, debido a la vertiente vanguardista que tenía, desde el punto de vista artístico, y al interés que mostraba por las culturas exóticas.

-Vicente Risco como intelectual estaba abierto a estas corrientes, que tenían mucha fuerza en Europa. Organizaban actos en galerías. Tenían revistas en las que publicaban sus poemas. Risco se sintió atraído por ese movimiento, por su propia curiosidad intelectual.

-Vicente Risco era un hombre con una personalidad muy curiosa. Tenía ideología conservadora, dentro del campo político. Sin embargo, desde el punto de vista artístico, era vanguardista.

-Risco era conservador, en lo político. Pero más que eso, yo considero que estaba influenciado por lo religioso, porque era católico. Risco era un intelectual puro.

-La iniciativa que tuvo Vicente Risco, desde el punto de vista artístico, fue muy positiva.

-La aportación de Vicente Risco en ese campo fue fecunda y enriquecedora. En la tasca O Volter, con un tabernero al frente llamado Tucho, se hacía arte. Los artistas iban a nutrirse allí de los conocimientos de Vicente Risco. Yo creo que O Volter ha tenido mucha importancia.

-O Volter era una república de las artes y de las letras, en la que el protagonista era el propio artista.

-Pero no lo hacen intencionadamente. Los artistiñas acudían a O Volter, atraídos por la personalidad y la autoridad intelectual de Vicente Risco. Xaime Quessada, Acisclo Manzano y José Luis de Dios acudían a O Volter para conocer lo que se estaba cociendo en Europa y en el resto del mundo.

-¿Cómo con tan mal vino, un caldo de barrica peleón, se pudo hacer tan buen arte?

-Porque lo mejor del arte y de la vida misma, está en la intención y en la voluntad de las personas.

-Era una generación muy joven, que estaba inventando el mundo, con el apoyo y la tutela de Vicente Risco: un hombre de una gran talla intelectual.

-Claro, con la compañía de Don Vicente. De hecho, todos salieron por Europa: Xaime Quessada, José Luis de Dios, Virxilio...

-¿Fue una pena que desapareciera O Volter?

-Ya no existe el local. Se ha perdido hasta el letrero.

Compartir el artículo

stats