Un ourensano, acostumbrado a los rigores del verano, encaja los 40 grados de forma diferente. Tiene callo. Está "aclimatado" . Lo que no obsta a que pueda ser víctima de un golpe de calor, un trastorno producido por la exposición a las altas temperaturas que puede resultar muy grave. Según el jefe de Urgencias del CHUO, Ildefonso Cejudo, las olas de calor en Ourense no disparan los ingresos, aunque sí se constata un aumento de las patologías de crónicos y gente mayor, por deshidratación o fallos renales, o en caso de pluripatologías. Para el médico, la prevención es clave: beber bastante, aun sin sed, evitar la exposición al sol y no hacer ejercicio físico en las horas centrales. Los ancianos y los niños son los principales colectivos de riesgo, aunque hay otros perfiles. "Hace deporte en las horas centrales del día al aire libre es una locura. Incluso en gente aclimatada y muy entrenada, puede acarrear golpes de calor". Los síntomas, mareo, alteración del nivel de consciencia, poca sudoración o convulsiones. Bajar la temperatura con paños fríos y a la sombra, y llamar al 061, son consejos básicos.
