Una fatalidad durante una batida de caza, registrada en Cenlle a principios de 2013, causó múltiples secuelas a un hombre vecino de Paradela (Lugo). Ayer tuvo lugar en Ourense el juicio contra un compañero de cacería, J. L. F. R., acusado de una falta de lesiones por imprudencia. La defensa y la Fiscalía llegaron a un acuerdo sobre las indemnizaciones a favor de la víctima. No habrá castigo penal para el encausado, puesto que la última reforma del Código, que entró en vigor en junio, despenalizó las lesiones por imprudencias leves. La compensación económica para la víctima se aproxima al millón de euros, debido a la extrema gravedad de las lesiones, el tiempo de hospitalización y su actual grado de dependencia. El siniestro lo dejó en una silla de ruedas.

El trágico accidente ocurrió la mañana del 12 de enero de 2013. El acusado había acudido a cazar junto a la víctima y otras personas a un monte del concello ourensano de Cenlle. Asignados los puestos por el jefe de la cuadrilla, tanto el acusado como la víctima se movieron del lugar original sin estar autorizados para ello, según recoge el relato de los hechos de la Fiscalía. Estaban en la carretera que va de Valdepereira a Cenlle, en las inmediaciones de las viñas de la Cooperativa Vitivinícola del Ribeiro.

Siguiendo a un jabalí, el acusado realizó dos disparos, con tal fatalidad que el último de los proyectiles impactó sobre una pequeña piedra del terreno. El rebote hizo que se desviara la trayectoria, impactando finalmente contra el cráneo de la víctima, que en ese momento estaba encorvado.

Como consecuencia de los hechos, el cazador herido presentaba lesiones múltiples y de pronóstico crítico. Tal y como certificaron los médicos del hospital y el médico forense, la víctima sufrió un traumatismo craneoencefálico causado por arma de fuego, con lobectomía frontal derecha, craniectomía descompresiva, fístula de líquido cefalorraquídeo, neumonía y meningitis, hidrocefalia derivada, así como trastorno mental orgánico y trastorno adaptativo.

La víctima necesitó varias intervenciones quirúrgicas. Tras su ingreso, una craneotomía. A los dos días, una traqueotomía reglada, medidas de antiedema cerebral, colocación de sonda nasogástrica, intubación y sedación o antibioterapia. Fue intervenido de nuevo, días más tarde, para someterse a una craneoplastia. Por último, recibió tratamiento de rehabilitación. En total, tuvo que estar hospitalizado 102 días.

Como secuelas le restan una hemiplejía izquierda, pérdida de sustancia ósea que requiere craneoplastia, derivación de ventrículo peritonal con mejoría clínica significativa, trastorno depresivo y perjuicio estético. El hombre es usuario de silla de ruedas y un dependiente total para las actividades diarias.

Declarada una gran invalidez

Los gastos hospitalarios fueron cifrados en más de 41.000 euros. Esa es la cuantía a la que deberá hacer frente el acusado. La compañía asumirá las cantidades por las lesiones y las secuelas. Esta responsabilidad civil ha sido cifrada en unos 940.000 euros, intereses no incluidos, en concepto de los días de curación (30.691 euros), las secuelas (298.605 euros), el factor de corrección de perjuicios económicos (32.929,79), el de corrección por daños morales complementarios (95.862), la condición de gran inválido (383.450), así como el importe para adecuar la vivienda (95.862 euros).