La comarca debe su nombre a la gran cantidad de monumentos existentes en la zona (San Pedro de Rocas, San Estevo de Ribas de Sil, Santa Cristina de Ribas de Sil, Santa María de Montederramo y Santa María de Xunqueira de Espadañedo, además del castillo de Castro Caldelas), referenciada como "Rivoira Sacra", tal como aparece en el documento fundacional del Monasterio de Santa María de Montederramo, otorgado en Allariz el 21 de agosto de 1124 por Doña Teresa de Portugal, traducido y publicado por el historiador Fray Antonio de Yepes, fecha a partir de la cual se popularizó la denominación.

Esa ha sido la razón por la que las entidades provinciales, locales, turísticas, culturales y el Valedor do Pobo escenificaron en San Pedro de Rocas la unión de actuaciones, un monasterio que se remonta a tiempos anteriores a 573, fecha en la que cinco varones (Eufrasio, Eusanio, Quinedio, Eatio y Flavio) recibieron "algo" en herencia en San Pedro de Rocas, inscripción encontrada en una lápida pétrea de la iglesia, que se conserva en la actualidad en el Museo Arqueológico de Ourense. Los cinco hombres citados no son los fundadores de Rocas, sino los continuadores, que recibieron una herencia de tipo religiosa.

Tras varios años en blanco, en el año 1007 aparece un documento que cuenta que a finales del siglo IX, un caballero llamado Gemodus encontró unas ruinas abandonadas, mientras andaba de cacería. Decidió quedarse a vivir allí, con los demás varones que lo acompañaban, haciendo vida de retiro y de oración. Gemodus fue nombrado abad del monasterio.

La arquitectura de la iglesia de San Pedro de Rocas se considera "un ejemplo de cómo pudieron originarse todos los monasterios de la Ribeira Sacra". Permite apreciar, claramente, el paso de eremitorio a monasterio.

Santo Estevo de Ribas de Sil (Nogueira de Ramuín), también de origen eremítico, es el principal monasterio de la Ribeira Sacra desde el siglo XII. No se conserva casi nada de su época medieval, siendo la mayor parte del edificio de la edad moderna. La fachada es barroca. Cuenta con tres espléndidos claustros, uno de los cuales, el de los Obispos, se inició en la etapa medieval.

La iglesia tuvo su origen en el siglo XII. Destaca el Retablo Pétreo en su interior, de la misma época, donde aparecen los doce apóstoles con Cristo en el centro.

El monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil (Parada de Sil), también de origen eremítico, fue fundado en el siglo IX. Se trata de un pequeño monasterio, que nunca tuvo más que una docena de monjes. Tras una época inicial, pasó a depender del monasterio de Santo Estevo.