José Luis Gómez, participante en el acto de homenaje del Día Mundial de las Víctimas de Accidentes de Tráfico, reclama la eliminación de las vallas "quitamiedos asesinas", que producen multitud de amputaciones y muertes entre los motoristas. También pide que no se aplique "pintura resbaladiza" sobre el asfalto, para evitar accidentes.

José Luis Gómez fue una de las cinco víctimas que ofreció su testimonio ayer en el aula multiusos del campus universitario de Ourense, que dejó la primera fila vacía, para recordar a las personas que perdieron la vida en accidentes de circulación. Y recordaron la figura del promotor de Aixiña, Recaredo Paz, que falleció recientemente.

José Luis Gómez criticó a la delegación de la Consellería de Vicepresidencia, que no reconoció que tiene la movilidad reducida, a pesar de que perdió una pierna en un accidente de tráfico.

Concepción Domínguez González habló de su hija, una chica que vive una especie de "prolongada infancia", después de que un accidente le dejara un daño cerebral irreversible. Recordó que Silvia tenía 23 años cuando ocurrió el siniestro. Salió de casa a las siete de la tarde, y a las 12,30 la llamó para comunicarle que había sufrido un accidente de tráfico. A las tres de la madrugada le comunicaron que se encontraba hospitalizada, en coma. Explicó que había salido de casa "guapísima, como corresponde a una chica de su edad, con el pelo largo", y cuando la vio de nuevo en el hospital "estaba con el pelo completamente rapado, con el cuerpo lleno de tubos". Y poco después le comunicaron que quedaría con "daño cerebral irreversible".

Félix González Dacosta comentó sobre la silla de ruedas que tendrá que utilizar el resto de su vida, que las dos personas que lo acompañaban en el vehículo no tuvieron tan buena suerte, porque fallecieron. Recordó los momentos dramáticos que tuvo que pasar, atrapado en la carrocería, mientras se preguntaba por el daño que habrían sufrido sus acompañantes.

Félix González Dacosta pidió a los estudiantes y profesores del campus de Ourense que no jueguen con la seguridad vial, "porque a veces los resultados son fatales.No vale la pena que uno se juegue la probabilidad de poder estar en esa primera fila -dijo en referencia a los fallecidos-, creo que no". Y advirtió de que las familias de las personas que quedan con minusvalías y que fallecen, "a veces sufren más que el propio afectado".