Carlos Martínez Gil, de 53 años de edad y detenido como supuesto inductor del incendio que arrasó el pasado 2 de junio la cafetería Central Park, en el parque de San Lázaro, de la que es socio mayoritario, pasó esta noche en prisión y su ingreso o no en la cárcel de Pereiro está pendiente de lo que de decida hoy el juez, tras una ronda de reconocimiento que se hará hoy en la cárcel y en el que un único testigo, dirá si el detenido fue el que adquirió, días antes, las dos garrafas de gasolina que se encontraron en el interior de la cafetería tras desatarse el incendio.

El detenido prestó declaración ayer por espacio de más de una hora ante el titular del Juzgado de Instrucción Número 3 de Ourense y negó rotundamente su implicación en los hechos que se le imputan al tiempo que descartó que se trate de un incendio intencionado para cobrar el seguro, pues tiene, dijo, otros negocios de los que vivir.

El letrado ourensano Alfredo Bermúdez, abogado del acusado, puntualizó ayer, tras rematar la declaración ante el juez y el fiscal, que "Carlos Martínez está detenido, no en prisión, y queda detenido hasta la celebración, mañana, de un reconocimiento en el que un único testigo tendrá que decir si el acusado es la misma persona que le compró hace unos días las dos garrafas de gasolina".

El juez se desplazará a la prisión para participar en esa ronda de reconocimiento y, a tenor de lo que diga ese único testigo y de las declaraciones del imputado, decidirá si ordena o no el ingreso en prisión de Carlos Martínez.