La posibilidad de que volverán el próximo verano las restricciones de acceso a playas de Cangas en vehículo a personas no empadronadas en la villa si se mantenía o no la pandemia que provocó el coronavirus causa malestar entre la plantilla de la Policía Local, que considera que fue una medida equivocada que estuvo muy lejos de funcionar y que colapsó el servicio. Recuerdan que hubo días en los que se registraron 300 llamadas de personas preguntando por si podían acceder o no a determinada playa.
También afirman que las tarjetas acreditativas que permitían entrar a la zona de playas en coche eran fáciles de conseguir, mediante fotocopias y que, además, bastaba con ir a un chiringuito de playa para ya conseguir la "preciada" tarjeta, de las que se repartieron 3.800 . Miembros de la Policía Local afirma que se ofrecieron otras alternativas más fáciles de controlar al alcalde de Cangas, Xosé Manuel Pazos, que no aceptó. Pero advierten que no van a pasar otro verano igual, con una carta de trabajo excesiva. Además dudan de la cifra de 130 multas impuestas a vehículos por entrar en los accesos a playas sin autorización y añaden que lo que sí provocaron las restricciones fue masificar las playas a las que se accedía a través de carreteras provinciales o autonómicas, donde no había necesidad de tarjeta. "Esto hizo que playas como Menduiña y Nerga estuvieran más llenas que nunca. Al dificultar el acceso en unas, la gente iba a las que sí podían acceder libremente."
Quejas
QuejasEl malestar en la plantilla es absoluto. Y así se lo harán llegar al alcalde de Cangas, Xosé Manuel Pazos (ACE) y al jefe de la Policía Local, Alberto Agulla, que defendió las restricciones y es un firme partidario de mantenerla en próximos años, haya no pandemia, apostando por convenios con colectivos vecinales y asociaciones de comerciantes para que, a través de las tarjetas, hacer que la gente no solo venga a Cangas a las playas, sino que parte en el comercio y en la hostelería local.
La Policía Local de Cangas tuvo que hacer frente a unas duras jornadas de confinamiento, cuando apenas aún había equipos de protección. Y, al principio, lo hizo con poco personal, hasta de regresaron de la Academia Galega de Seguridade los 10 agentes que estaban realizando el curso. Se afrontó la situación con una plantilla de 20 personas, las mismas que hubo en verano, cuando al municipio de Cangas, por población le corresponderían 48 policías. Esta última es una de las razones por las que ahora mismo en Cangas no hay patrulla nocturna, además de que la mayoría de sus miembros se jubilaron. Se trataba de un cuerpo específico, tanto que varios de sus miembros llevaron a los tribunales su situación, por el hecho de que no querían trabajar siempre de noche, y perdieron, ya que habían sido contratados con esa condición.
En las condiciones actuales, con los agentes que aprobaron la oposición regresando a la Academia Galega de Seguridade a finalizar el curso, se hace complicado organizar hasta turno, y menos cuando se produce alguna baja o hay vacaciones. Se recalca que también se vio afectado el trabajo administrativo en la Policía Local.
El ORAL dará fe de cuantas sanciones se realizaron, cuando las pase al cobro.
