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Vellez Digna traslada a la Fiscalía la situación en la residencia de Aldán y las familias viven "con miedo"

Reconocen que la atención y la información "mejoró mucho" desde que la Xunta asumió el centro, aunque apuestan por el traslado a hospitales de mayores con síntomas -"Algunos afectados empeoraron y fallecieron en pocas horas", alertan familiares

Rocío Rodríguez, en una foto con su madre. // G. Núñez

La insoportable tasa de contagiados y fallecidos en residencias de mayores de toda España está siendo la tragedia de mayor calado de todas las vinculadas a la pandemia de Covid-19. En el geriátrico de DomusVi de Aldán no se registraron fallecimientos en el último día y son 24 los mayores de este centro que han perdido la vida desde el inicio de la crisis, entre aquellos que fallecieron en la residencia y los que perecieron tras su traslado a algún hospital. Entre los familiares se plantean ya acciones legales contra DomusVi, aunque con opiniones muy distintas. Desde la asociación Vellez Digna, que se incluye en la Federación Galega REDE (de usuarios y familiares de residencias) explican que ya han iniciado el traslado al fiscal superior de Galicia de distintas pruebas que demostrarían una presunta gestión negligente en Aldán. "Las acciones no se adoptarían hasta que pase todo, porque estamos centrados en conseguir todavía buenos cuidados en las residencias", explica el presidente Francisco Xosé Bernárdez, cuya suegra es usuaria del servicio de Aldán.

Realizan estos envíos de documentación a la Fiscalía "para que vaya recabando elementos de prueba y para evitar la destrucción de las mismas. Pedimos que la Fiscalía envíe a la Policía Judicial a que compruebe cuánta gente está trabajando y si se cumplen los ratios". Cuando todo acabe anuncian "acciones penales y recomendamos a los afectados que vayan también por la vía civil. Pero estamos tratando de saber si la justicia admitirá una causa conjunta o, al haber disparidad de situaciones, nos obligará a ir caso por caso", añaden.

De todas formas, desde Vellez Digna reconocen que la situación, desde la intervención por parte de la Xunta de Galicia, "mejoró un mundo". Aún así apuntan que se mantienen algunos problemas de comunicación con los familiares y de deshidratación entre aquellos trasladados al hospital. Este colectivo defiende que se apueste por el envío a centros hospitalarios de todos aquellos mayores cuyo estado de salud empeore. "Las UCIs no están colapsadas y, aunque la residencia esté ahora mejor equipada, creemos que están mejor atendidos en el hospital", argumentan.

Familiares de afectados por el coronavirus y de mayores ya fallecidos estos días se comunican a través de un grupo de Whatsapp. No ocultan su miedo. "Estamos muy agobiados. Nos ponemos muy nerviosos cada vez que nos dicen que nuestros familiares están empeorando. Hubo casos de personas sin síntomas que se pusieron mal y en un día empeoran y fallecen", explica una canguesa que tiene a su madre, de 75 años, ingresada ya en Povisa. "Su situación es estable y en cualquier momento la vuelven a enviar para la residencia". Considera que la situación en el geriátrico de Aldán al principio de la crisis sanitaria "era penosa, porque la información era muy escasa y te hacían esperar días para tener noticias", dice. "Nos avisaron un domingo por la mañana de que estaba con fiebre y no volvimos a tener noticias hasta el día siguiente a las diez y media de la noche. Incluso amenacé con plantarme allí si no me daban información. De eso hace unos 15 días", cuenta la misma persona.

La madre de esta canguesa fue "uno de los primeros positivos en la residencia, porque era la compañera de habitación de la primera trasladada a un hospital. Lleva mucho tiempo afectada por el virus pero empezó con síntomas cuando ya pasaban 15 días de aislamiento. Es una enfermedad extraña y depende de la persona", lamenta. "No veo a mi madre físicamente desde hace mucho tiempo. La última vez que la vi fue el lunes, que nos hicieron una videollamada desde Povisa". Concluye reconociendo que le "asusta" que le den el alta a su madre y regrese a la residencia por temor a que empeore su salud.

No todos los familiares de internos contagiados de Covid-19 están sufriendo la misma falta de información. José Luis Fernández, vecino de Vigo, tiene a su madre en el centro. Está contagiada pero es asintomática y tiene 79 años. "Yo creo que mi madre está mejor tratada que en el resto de casos, según lo que hablo con otras familias". Ocupa una plaza concertada y está aislada, "pero como ahora no tiene síntomas la están empezando a sacar de la habitación para comer con otros mayores en la misma situación, según me explicaron ayer".

Este vecino vigués explica que "una doctora me llama todos los días. Pedí no hablar con mi madre porque padece demencia y no nos conoce desde hace dos años. Preferí que las videollamadas se destinasen a las familias en otra situación. Pero nos facilitan todo los días una foto o un vídeo de como está". De todas formas no oculta que "como todas las familias tenemos miedo, porque los síntomas son como son y hoy mi madre está bien y puede empeorar en cualquier momento, de hecho, durante un par de días tuvo síntomas leves". Aunque reconoce que en los primeros momentos hubo una clara falta de información, "desde que me quejé me llaman cada día y me dicen la temperatura de mi madre", indica.

Al igual que el resto de familiares, este vecino de Vigo reconoce que con el cambio de empresa de hace unos años "notamos que había menos personal, para lo que ya había trasladado una queja formal". Matiza, eso sí, "que nunca me encontré a mi madre sucia ni sin atender cuando yo o mis hermanos realizamos visitas. Antes estaba en un centro de Monforte de Lemos y en Aldán mejoró mucho". De todas formas no descarta reclamaciones una vez que pase la pandemia, "pero entiendo que la situación se normalizó cuando la información nos empezó a llegar".

También desde Cangas, Rocío Rodríguez tiene en la residencia de Aldán a sus progenitores desde hace tres años. Su madre, con 65 años, está en el hospital Álvaro Cunqueiro con positivo. "Mi padre, de 78 años, dio negativo. Está aislado pero no lo pudieron mandar a Patos porque necesita una persona para ducharlo y otras atenciones. Ya lleva cuatro meses aislado por un enfisema pulmonar".

Esta canguesa es muy crítica con la gestión que se realiza en la residencia. "Mi madre dio positivo el 28 de marzo y a mí me lo comunicaron el día 30. Puedo hablar con ella porque tiene móvil. Una semana después me dijo que tenía fiebre y desde el centro no me habían avisado". Al empeorar y necesitar oxígeno tuvieron que sedarla hace una semana. "Yo cogí un ataque de ansiedad. Me dieron opción de enviarla al hospital y que dije que sí. Recomiendo a los familiares que le den esta opción que recurran al hospital, porque en una semana mi madre mejoró mucho". Rodríguez esperaba que ayer le diesen el alta hospitalaria.

La vecina de Cangas reconoce que tiene "miedo" de que su madre regrese a la residencia "por eso pedí que la mantuviesen aislada mientras se recupera, porque con las defensas bajas, si se vuelve a contagiar podría ser muy grave".

Rocío Rodríguez está muy contenta con el trato y la información continua que recibe del personal médico del Cunqueiro. "Espero que en la residencia se nos siga informando, por lo menos, cada dos días". Antes de la pandemia, confiesa que el trato con sus padres y la limpieza "era bueno".

Esta hija de usuarios de la residencia de Aldán señala que en el grupo de Whatsapp de familiares "la gente está alteradísima y los que perdieron a sus familiares tienen ansiedad. Hubo un fallecido que no llegó a desarrollar síntomas. Por eso tenemos miedo", concluye.

En estos momentos son 91 los residentes del DomusVi de Aldán que están contagiados.

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