Sin que sirva de precedente, una mujer vestida de blanco lanzaba flechas de amor a los que paseaban por la canguesa calle de Eugenio Sequeiros, siempre con el consentimiento del que iba a ser herido con la fecha evenenada de Cupido. Fue casi el único símbolo del Día de San Valentín -del que siempre nos olvidamos- en la jornada matutina de ayer. Cuentan que por las noches la celebración de este Día del Comercio se notó en los restaurantes de la villa. Hay quien dice que el corazón está para romperlo. Así que anímense.
El teatro y el fútbol
El teatro como el fútbol. Fue una buena comparación la que realizó el alcalde de Cangas, Xosé Manuel Pazos. Y es cierto, debería ser normal que los cangueses supieran que cada quince días había que ir al teatro, como se sabe que cada quince días juega el Celta y hay que ir a Balaídos a verlo. Se trata de establecer una relación automática, una rutina imperecedera entre el teatro y Cangas. Que no se va por mal camino, la verdad, aunque al PP no le gusta tanto "teatrillo", como en otros lugares le disgusta tanto chinda, chinda. Son hombres y mujeres serios estos del PP.