Viento en popa y con perspectivas incluso de ampliarse al próximo mes de febrero. Así marcha la campaña de la vieira en Bueu, que desde que se abrió el pasado 26 de diciembre, ha superado ya las siete toneladas de capturas (7.316 kilos) y una facturación que llega a los 39.505 euros. El que antaño fue uno de los productos más reconocibles de la Cofradía de Pescadores San Martiño de Bueu va camino, si no de recuperar su antiguo esplendor, sí de consolidarse como un importante apoyo económico en determinadas épocas del año, permitiendo diversificar las capturas y dar descanso a otras pesquerías.
A las cinco embarcaciones con base en Bueu que iniciaron la campaña -"Nuevo Celita", "Zapatero", "Sagres", "Cambados" y "San Martiño"- se ha unido esta semana el "Rocío del Mar", de la Cofradía de Raxó. El máximo diario de cada una de ellas se ha fijado en 300 kilos, cantidad que puede absorber la empresa Mariscos Veiro, con la que se ha firmado un acuerdo para el eviscerado y posterior comercialización del producto. El precio se ha fijado en 5,50 euros el kilo. Rosas admite que aunque la campaña transcurre dentro de la normalidad y la calidad del producto es "excepcional, quizás las capturas podían ser un poco mayores", pero también lo justifica en el tamaño solicitado para el bivalvo, 11,5 centímetros de diámetro, uno y medio más que el mínimo legal exigido. "Parece que no es nada, pero en la vieira estamos hablando de una barbaridad", apunta el máximo responsable del cabildo buenense.
Además, Rosas considera que los topes son generosos. "Si se cumplieran, se cogerían casi 2.000 kilos al día, y eso es imposible", manifiesta. Así, las capturas han variado bastante de un día para otro, pero raramente sobrepasando la tonelada diaria. De hecho, el máximo recogido fue el día 2 de enero, con 1.168 kilos, y las otras dos únicas jornadas en las que se superaron los 1.000 kilos fueron las dos primeras de la campaña, los días 26 y 27 de diciembre, con 1.047 y 1.012 kilos, respectivamente. El jueves se recogieron en torno a los 600 kilos y el balance de ayer alcanzó los 780.
Pendientes de la toxina
La marcha de la campaña hace ser optimista y pensar en que se pueda mantener no solamente durante el mes de enero -tiempo por el que existe el acuerdo con la comercializadora- sino ampliarlo incluso a febrero, Eso sí, Rosas es prudente y apunta que esa posibilidad está condicionada, primero al interés de la empresa y segundo, y no menos importante, a la incidencia que pueda tener la toxina. Por el momento se ha trabajado en dos áreas de la Ría de Pontevedra. Los primeros días se hizo en la Zona III (la situada más al fondo de la Ría), principalmente en las inmediaciones de la Illa de Tambo y actualmente se está haciendo en la zona intermedia, la denominada II, situada entre la Punta da Moa, la Punta das Sinas y Cabicastro en Udra, con áreas de extracción como las de Loira, Raxó o Mourisca. La idea es poder muestrear a partir de las próxima semana la Zona III, la más exterior, desde Cabicastro a la ensenada de la Ría de Aldán, para poder abrir una nueva opción a las embarcaciones.
Rendimiento económico aparte, la satisfacción con la campaña de la vieira en la cofradía buenense es bastante evidente. Y es que el arte utilizado para la extracción de la vieira, el rastro, permite mover el sustrato del fondo marino y oxigenar los terrenos, dejando un campo de cultivo más propicio para el desove de especies como el rodaballo o el lenguado, e incluso para el asentamiento de la propia vieira y de otros bivalvos.
Los beneficios no se quedan solo en la regeneración de los fondos, sino también en la labor de "limpieza" que realizan los barcos que faenan a la vieira. "El jueves había embarcaciones que trajeron a tierra hasta cien kilos de la denominada estrella lila, una especie depredadora de moluscos", además de todos los restos encontrados en el fondo, desde plásticos a nasas antiguas. "Es el arte más beneficioso", subraya.
