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El párroco reconstruye el muro de San Martiño por vía de urgencia tras comunicárselo a Patrimonio

La estructura de contención, que estaba muy dañada, se desplomó a comienzos de semana

La caída de parte del muro tiró también un poste de la luz pública. // Gonzalo Núñez

El muro de contención del atrio de la iglesia de San Martiño, que se desplomó a comienzos de semana, se encuentra ya en fase de reconstrucción. El párroco dirigió un escrito tanto a la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural como al Concello notificando que, por vía de urgencia, iniciaría inmediatamente las obras que eviten que siga aumentando la zona desplomada, así como para consolidar el muro y reponerlo a su estado primitivo. Desde el miércoles una empresa de la zona trabajaba ya en la retirada de las grandes piedras que habían caído por un desnivel de unos cuatro metros sobre la fachada de una vivienda deshabitada.

La Lei do Patrimonio Cultural de Galicia permite actuaciones de urgencia para proteger un bien catalogado, como es en este caso la iglesia románica de San Martiño, que no sufrió ningún daño por el desplome del muro de contención. Las lluvias de ayer no habían ocasionado corrimientos de tierra destacados.

El historiador local Manuel Uxío García Barreiro explica que el muro data de 1763, cuando se alargó el templo románico y se desmontó el ábside para dejar la iglesia con su forma actual. Entonces se hizo necesario construir esta estructura de contención dejando espacio suficiente en la parte trasera del templo para poder rodearlo durante las procesiones. A partir de ese año formó parte del muro de contención el famoso tímpano románico de San Martiño, trasladado en 1929 al museo de Pontevedra y del que Moaña tiene una réplica desde hace escasos meses.

Los problemas se venían advirtiendo desde hacía años. La Asociación de Veciños de San Martiño pidió en 2016 por primera vez, y desde entonces en repetidas ocasiones, que se actuase para evitar el desplome que finalmente se acabó produciendo. La grietas y el abombamiento de la estructura eran visibles. El Concello había pedido en diciembre de 2017 la intervención del Arzobispado de Santiago para reparar dicho muro.

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