Han pasado casi 7 meses desde que la sociedad Conservas Rías Baixas 1907, constituida en Moaña por el empresario asturiano Hugo Jaime Cachero Solís, para comprar la empresa moañesa Conservas Iglesias, que estaba en proceso de liquidación, y todavía sigue pendiente el auto de resolución por parte del Juzgado de lo Mercantil nº 2 de Pontevedra. La empresa trabaja con normalidad, con una plantilla de entre 70-80 trabajadoras, y los compradores ya han realizado algunos trabajos de reformas, conscientes de que todo se resolverá pronto y confiados plenamente en el negocio de esta industria conservera, en donde prevén un margen bruto de resultados, de 1,6 millones de euros en el primer año de compra y para llegar a 2,8 en 2022.

En el comité de empresa -integrado por CIG, UGT y CUT- hay tranquilidad, aunque reconocen que nada saben de la compra, solo que la empresa está funcionando bien.

Fuentes consultadas atribuyen el retraso en el cierre de la operación de compra, a la huelga en los juzgados gallegos que se prolongó durante tres meses, entre febrero y abril, y ralentizó la tramitación.

El 19 de marzo fue cuando Conservas Iglesias presentó en el Juzgado Mercantil la oferta de compra con una serie de documentación que incluía la escritura de constitución de la Sociedad Limitada Conservas Rías Baixas 1907, el ingreso en la cuenta de dicho juzgado por importe de 50.000 euros, un listado de trabajadores en plantilla de la conservera, informe realizado por la asesoría laboral de la concursada, en el cual se realiza una valoración económica del coste de una hipotética indemnización del personal subrogado y el plan de negocio de Conservas Rías Baixas.

La oferta de compra, que salvaba a la empresa de la liquidación, incluyó sus marcas "Iglesias", "Portonovo", "Delsol" y "Areamilla"; su fábrica de conservas de Moaña, en la calle Rosalía de Castro, con 6.052 metros cuadrados de parcela y 3.320 de construcción; la nave industrial en el polígono de A Granxa (Porriño), con 2.480 de edificación; toda su maquinaria elementos de transporte y existencias. La sociedad subrogaba los contratos.

Rías Baixas 1907 se constituyó con el objeto principal de adquisición, disposición, tenencia y disfrute de participaciones en otras sociedades y la compraventa de valores inmobiliarios, con el objeto social de fabricación de todo tipo de conserva para su comercialización, importación y exportación. Quedó constituida con un capital social de 12.000 euros aportados a partes iguales entre sus socios Hugo Jaime Cachero Solís, que figura como administrador único; María del Pilar Solís Florez y "Aquaria de la Cruz S.L.".

En el plan de negocio para la compra destacaba la mejora de la tasa del paro durante los últimos cuatro años, con la previsión de que en la provincia se redujera del 16,56% de finales de 2017 a un 15,7% este año, además del liderazgo de España y de Galicia en la producción de mariscos y acuicultura y en el desarrollo de la industria conservera. Señala que Galicia representa el 84% de la producción total, con 1.187 millones de euros (datos de 2016).

Añade que si optaron por la compra de Conservas Iglesias es porque consideran que es la "inversión idónea que se estaba buscando", tanto por tamaño de las instalaciones, como por la calidad de sus preparados, por el portafolio de productos, la experiencia de sus trabajadores y su estrategia de ventas.

Adjuntan un plan de negocio que definen como "prudente, razonado, sólido, de crecimiento moderado y rentabilidad esperada desde el primer periodo analizado". Su previsión arrancaba el 1 de abril de 2018, cuando se esperaba cerrar la venta, y se desarrolla en cuatro años más, cuando dice que la compañía alcanzará entonces su objetivo de mayor solidez, beneficios y solvencia del balance y se proyectará con crecimiento más acelerados hacia el futuro.

En los ingresos por ventas, apuntan a una versión conservadora que lleva que la empresa no alcance la ventas de la anterior Conserva Iglesia del ejercicio 2016, hasta dentro de 4 años. Establece un crecimiento interanual de un 8%, con volúmenes de venta por debajo de la capacidad productiva y prevé una repercusión positiva del incremento de ventas en marcas propias, con relación a la marca blanca, que contempla que evolucione favorablemente en cada ejercicio. En cuanto a gastos de personal, contempla para 2019 un incremento del IPC y un aumento paulatino de plantilla en función de las ventas.

Considera que las instalaciones actuales de Iglesias en Moaña sirven de base para alcanzar los objetivos en su plan estratégico, aunque a corto y medio plazo la compañía contempla inversiones para incrementar la capacidad de cocción de la línea de túnidos, la compra de una segunda caldera en previsión de una eventualidad durante la producción con la caldera principal y una mejora en el sistema de depurado en línea. Respecto a las instalaciones de Porriño, que sirven para el estuchado/etiquetado, almacenamiento y logística de expediciones, también considera que son las adecuadas. Determina la capacidad productiva instalada actual en unas 1.800 cajas/día, más del doble del objetivo de producción que la empresa se marca en su primer año.