"Atopei historias dunha crueldade que superan con moito calquera escena que poidera imaxinar para unha novela. Descubrín que en Moaña a represión da Guerra Civil contou con moitos exemplos nos que a guerra e a política eran a excusa para saldar rencillas persoais e problemas que nada tiñan que ver co conflicto". Así describe el periodista y escritor César Calvar lo ocurrido durante la Guerra Civil (1936-1939) en la parroquia de Domaio y por extensión en el resto de Moaña. Varias de estas escenas se reflejan en su primera novela, titulada Tierra de conejos y que se presenta esta tarde en el salón de plenos moañés a las 20.00 horas.
Se trata del primer acto de presentación de Tierra de conejos en Galicia. César Calvar intervendrá en la primera de las jornadas "A nosa historia, 80 anos despois", organizada por la Agrupación Cultural Nós.
Calvar, columnista en estos momentos del diario Estrella Digital y con una dilatada trayectoria en el mundo de la comunicación, explica que llegó a estas historias por las propias narraciones que escuchaba de pequeño en su familia, "onde escoitaba falar aos meus avós e pais sobre familiares represaliados, fusilados ou fuxidos". Tras la aprobación de la Ley de la Memoria Histórica acudió a los archivos del Ministerio de Defensa y se encontró con historias trágicas relacionadas con el conflicto de muchos moañeses. "Ampliei a documentación con outras fontes como chamando aos cemiterios", recuerda.
Este trabajo de investigación le permite dotar de historias reales sobre el periodo posterior al golpe de estado del 18 de julio de 1936 a una novela de ficción que salió a la luz en septiembre. Su primera puesta de largo fue en Madrid, en donde reside el escritor nacido en Moaña.
"Son moitas as historias de fusilamentos, torturas, violacións de mulleres, ou formas de maltratos crueis como amarrar a unha persoa á proa dun barco para facerlle dano contra o muelle", narra. Durante la investigación previa a la novela Tierra de conejos, el autor explica que le llamó mucho la atención "cómo foi posible que xente que ata entón vivira en paz, comezase a odiarse ata tal punto". Un trágico lugar común a tantas guerras civiles.
Aunque conserva los nombres reales de algunos represaliados "a modo de homenaxe", cambia el apellido e incluso el nombre competo de los protagonistas de otras historias que salpican el relato. El grueso de lo que ocurrió, las historias trágicas de aquellos años, ya no caerán en el olvido, al quedar reflejadas en la novela a través de sus interesantes diálogos imaginados. César Calvar recuerda también cómo se documentó el intento de las instituciones republicanas como el Concello moañés por plantear una resistencia al golpe. "Este país está en débeda con toda a xente que defendeu a legalidade no ano 36 e foi represaliada", concluye.
