Voluntarios del comedor social de Moaña que cerró hace más de una semana achacaron este cierre a las falta de organización desde el principio, al abrir sin tener aseguradas las respectivas ayudas. En este sentido, descargan la responsabilidad de las administraciones, a las que acusó el promotor, Manuel Álvarez, por su "excesiva lentitud" a la hora de tramitar las ayudas.
Los voluntarios aseguran también sentirse "engañados" por el promotor pues desconocían que el local utilizado, perteneciente a un restaurante de la villa, estuviese sujeto al pago de un alquiler mensual de 1.000 euros. Atribuyen el cierre a los impagos de este alquiler, entre otras razones derivadas de los problemas de organización.
El propio promotor quiso ayer exculpar al Concello de Moaña de este cierre asegurando que no fue la administración culpable. Este servicio estuvo en marcha durante unos 9 meses y su promotor aseguraba que atendía a 80 personas entre semana y a 120 los fines de semana. Tampoco descartó abrir un nuevo servicio en otro espacio de la villa.
Preguntada por este cierre desde el Concello la edil de Servizos Sociais, María Ortega, considera una mala noticia el cierre, pero insiste en que "o proxecto non comezou ben. De ahí que o Concello esixira toda a documentación que acreditase a canta xente se atendía, antes de entregar cartos públicos". Indica, de todas formas, que la aportación por parte de la administración local para ayudar a pagar gastos como el gas se hará efectiva en breve. "Seguiremos adiante con ese trámite porque ao fin foi un servizo que se prestou durante meses". En este sentido, Ortega pide a quien tenga iniciativas solidarias de esta índole a que se dirija al Concello "para tratar de facer as cousas ben dende o comezo".
La concejala asegura que también desconocía que el comedor social abierto por una iniciativa particular estuviese sujeto a un alquiler mensual "porque a nós sempre se nos dixo que o local estaba cedido polo propietario".
