Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un lavadero fuente de historia

Hallan en la boca de un manantial de Bueu dos figuras de la antigua iglesia románica

Un detalle de las dos imágenes

A veces el patrimonio histórico aparece en los lugares más insospechados. Hace solo unos días aparecía en una finca de la parroquia de Coiro la cabeza "decapitada" de un santo procedente del tímpano de la iglesia de Cangas. En Bueu uno de los hallazgos más curiosos se localiza en la fuente y lavadero situados al pie de la iglesia y casa rectoral de San Martiño, al lado del sendero del río Bispo. Esta construcción estaba cubierta por la maleza y prácticamente olvidada hasta que se desbrozó la zona, precisamente a raíz de las obras en el paseo fluvial. Lo que más llama la atención es la presencia de dos figuras, situadas a cada uno de los lados de la mina de agua. Se trata de dos pequeñas tallas que a todas luces no pertenecen a este conjunto, sino que todo hace indicar que proceden de la antigua capilla románica de Bueu.

"Parece que proceden de un alero o lateral de lo que era la antigua capilla románica", explica el profesor e investigador Arturo Sánchez Cidrás. Lo que está claro es que no forman parte del conjunto original de la fuente y lavadero donde se hallan ahora y parece incluso que tuvieron que ser recortadas para encajarlas en su actual ubicación. Debido a su estado de conservación resulta complicado reconocer qué representan estas dos imágenes, pero su redescubrimiento no deja de ser un interesante hallazgo.

No son los únicos restos que se conservan de la antigua capilla de estilo románico [del siglo XI a principios del XIII], aunque la gran mayoría se perdió. El templo original tuvo que ser literalmente "cerrado" en torno al año 1860 y hasta existe un acta del pleno del ayuntamiento de Bueu en el que se adoptó ese acuerdo de cierre (28 de marzo de 1861). Semejante medida se tomó ante el estado que presentaba la capilla, casi ruinoso, con grietas en los muros y con un techo de madera que amenazaba venirse abajo en cualquier momento. Además el edificio se había quedado pequeño ante el incremento de la población de Bueu.

Ante este panorama se optó por la construcción de una nueva iglesia y se le encargó al arquitecto Domingo Lareo, que tuvo que hacer un proyecto "lo más sencillo en ornato y lo más económico en coste", según la documentación de la época y que el propio Sánchez Cidrás subió a su blog de historia de Bueu [acidras.blogspot.com.es/]. Aquella obra se presupuestó en 160.000 reales y se sufragó con aportaciones de los vecinos y del ayuntamiento a través de los fondos del Estado.

La actual iglesia se construyó aprovechando parte de las piedras del templo románico, que son fácilmente reconocibles porque están más "trabajadas" y muchas tienen las "marcas" de los canteros. Según el presupuesto que se conserva, fechado en julio de 1860, esas aportaciones se valoraron en 16.800 reales.

La reaparición de estas dos figuras no deja de ser una muestra de los avatares del patrimonio histórico y del peculiar reciclaje o reutilización que se hace del mismo algunas veces.

Compartir el artículo

stats