El pasado mes de marzo atendía a la llamada de FARO DE VIGO cuando los muertos se contaban por millares en Italia. Ahora, casi seis meses después la doctora lalinense Miriam Rodríguez Lodeiro trabaja más tranquila en Cuidados Intensivos del Hospital de Cuneo, capital de la provincia del mismo nombre en el Piamonte italiano.
-¿Cómo se está viviendo ahora mismo la actual situación sanitaria en su hospital del Piamonte?
-Sin duda alguna, ahora estamos mucho mejor a todos los niveles dentro de nuestro hospital. Afortunadamente, aquella pesadilla que vivimos en el mes de marzo en estos momentos no es más que un mal recuerdo para todos. Por lo que tengo entendido, en Italia está mucho mejor que en España por lo que me cuentan desde allá.
-Si nos atenemos a las cifras de fallecidos y contagiados en relación a la población, desde luego la situación española es en estos momentos mucho peor que la italiana. ¿A qué se lo achaca usted?
-A lo mejor es que nosotros terminamos antes, pero desde luego no existe ninguna explicación al respecto. Aquí te puedo decir que tenemos menos medidas sanitarias que en España, por ejemplo. En Italia la gente no va con la mascarilla puesta por la calle como pasa por allí, sólo en los sitios cerrados porque no es obligatorio llevarla puesta cuando se camina o se está al aire libre. También te puedo decir que en nuestro hospital casi no tenemos ningún paciente en UCI por coronavirus. Y de los que tenemos, alguno que ha dado positivo en las PCR, suelen ser asintomáticos. Con este panorama te puedes imaginar que todos estamos mucho más tranquilos a la hora de ir a trabajar y no nos pasa como en febrero o en marzo cuando ir al hospital era toda una profesión de riesgo.
-¿Hay temor también en Italia por la vuelta al colegio de los más pequeños en esta situación?
-Aquí, el regreso a las aulas está previsto para el día 14 de septiembre. Los protocolos que se han establecido son muy similares a los de otros países de nuestro entorno. Hay mucha vigilancia, sobre todo, para las entradas a los recintos escolares y, también, será obligatorio llevar la mascarilla durante las clases en los distintos cursos. De todas formas, todavía no está cerrado el asunto porque hoy (por ayer) hay reuniones de padres para que se puedan implementar todas las medidas posibles para evitar la propagación del virus. Así que, supongo que el temor es muy parecido al que pueda haber en otras partes. n el Piamonte italiano.
-¿Cree que serán suficientes esas medidas preventivas en una población con tanta movilidad como la infantil y juvenil?
-Hombre, esperemos que sí. Es cierto que los niños son muy traviesos pero es curioso que todos llevan la mascarilla sin rechistar. Creo que los niños son mucho más disciplinados a la hora de ponérsela de lo que somos los mayores.
-¿Funciona la coordinación regional en Italia para aplicar esas medias o también se tiran los trastos entre ellos como las comunidades autónomas españolas?
-Aquí quien toma la decisión es la autoridad regional y desde luego es la que en realidad coordina todo, así que es algo muy parecido a lo que sucede en España. De hecho, ahora mismo las órdenes son de seguir como esperando a ver qué pasa porque en el hospital porque tenemos la cirugía al mínimo y hacemos sólo lo más urgente. En estos momentos tenemos una ocupación muy reducida de camas.
-¿Se puede afirmar ya que estamos en una segunda ola o todavía esa fatídica fase está por llegar?
-Desde luego, parece que está empezando una segunda ola de la pandemia pero esperemos que no sea tan grave como la primera. Estoy convencida de que algo hemos aprendido de la primera ola como para que esta segunda no nos pille tan desprevenidos. Creo que no volveremos a cerrar como entonces, que no habrá otro block out como la primera vez porque sería una auténtica catástrofe para todos.
-¿Es optimista ante la posibilidad de que la anhelada vacuna pueda estar lista para antes de finales de año en todo el mundo?
-Yo creo que quizás sea todavía muy pronto porque todavía hay que aguardar por los resultados. Nadie sabe lo que puede pasar, por ejemplo, de aquí al mes de octubre y por eso me parece algo precipitado empezar a decir que ya estamos cerca de la vacuna que acabe definitivamente con esta enfermedad. Hay que ser muy cauteloso con estas cosas porque hay mucho en juego y es mejor hacer las cosas bien para evitar posibles errores futuros.
